Incrédulos, interesados, embusteros y personeros del gobierno (no incluidos anteriormente), integran el colectivo de los que todavía opinan que no hemos colapsado, que aún no tocamos fondo. No pertenezco a ninguno de esos colectivos y estoy convencido que hace tiempo que llegamos a ese punto.
En seguridad, el gobierno se ha mostrado ineficiente, incapaz, no ya de cortar la violencia sino de siquiera aminorarla; el modelo policial es un más que patente fracaso. En Sanidad se cierran hospitales por falta de recursos, mientras se suspendió un contrato supervalorado tras publicarlo la prensa, de lo contrario se habría suscrito, como ocurrió con otros. En medio ambiente podemos llegar al choque social si se cumplen las promesas de algún alcalde de traer a miles de campesinos a la capital para apoyar la decisión presidencial sobre Perenco. El sector justicia no avanza, está atorado. La nueva comisión de postulación para seleccionar candidatos a Fiscal General ha sido reactivada por la CC porque dormitaba perpetuamente. El presidente de la CSJ, quien la debe de presidir, favorece a una joven allegada -y al padre de la misma- con contratos de trabajo que denuncia la prensa y es señalado por algunas organizaciones de posibles delitos que pudo cometer en su anterior ejercicio profesional. La infraestructura del país está hecha un auténtico desastre y sin recursos para reconstruirla. El turismo se ha reducido significativamente por la inseguridad que padecemos y los negocios a él asociados se ven afectados por lo mismo. Los ataques a medios de comunicación, a la libertad de prensa y al ejercicio del derecho a la expresión, son más visibles que nunca y algunos comunicados gubernamentales y oficialistas han proferido graves amenazas. El documento de identificación está cuestionado y se teme que el próximo proceso electoral no se produzca con la transparencia requerida. El terrorismo ha hecho acto de presencia con atentados en buses. En resumen, estamos en el peor momento “democrático” de la historia reciente del país. La inacción y el silencio gubernamental es la respuesta más inteligente a los problemas del ciudadano y, cada día, la percepción es que estamos mucho peor que el día anterior. Los “grandes” esfuerzos políticos se orientan a mantener el poder, justificar lo inexcusable o arremeter contra quienes evidencian esa incompetencia.
Este análisis del panorama nacional, que tanto se niega desde el poder, es externamente evidenciado, entre otros, por el Barómetro Iberoamericano 2010 (www.cimaiberoamerica.com). El Presidente peor valorado (24%) es Álvaro Colom, decreciendo la valoración de su gestión de 21% en 2008 a 16% en 2010. El reconocimiento positivo a la labor de gobierno en materia de seguridad, economía, salud, educación y medio ambiente, oscila entre el 12 y 21%. El país ocupa los últimos puestos en confianza en casi todas las instituciones. Los ciudadanos dan un valor de aceptación medio del 18% a la gestión del gobierno en áreas como: corrupción, salud, desempleo, economía, educación y terrorismo, entre otros.
No es un Estado fallido, es un gobierno que falla. Llegó con aparentes promesas bajo el brazo, pero ningún plan. Han querido seguir sustentando el sistema en las personas y su habilidad para resolver los problemas, solo que en este caso, ni siquiera eso ha sido suficiente. Estamos colapsados y todavía queda demasiado tiempo para optar por otras vías. Paciencia, resignación, ¡aguántense!, es lo que queda, por eso aquellas inapropiadas declaraciones del Presidente. A fin de cuentas, la verdad de la situación y la única solución. Pero recuerde: ¡cualquier situación por mala que sea, es susceptible de empeorar!
Este es un blog personal donde se editan las columnas de opinion (y otras) que semanalmente publico en el diario PRENSA LIBRE de Guatemala. La idea es generar un espacio de debate y opinión con los lectores, de forma que la libertad de expresión sea en doble sentido.
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1 comentario:
en campaña se hablo y prometio INTELIGENCIA, se hablaba de honestidad, y honradez porque en mensajes divisionistas se acusaba de robo y despilfarro al que llamaban gobierno "de los ricos", en los primeros meses ocultaba su ineptitud acusando a "los gobiernos pasados" cuando la evidencia no aguanto es por los "desestabilizadores" por la "infamia" contra el gobierno si de algo podemos estar seguros en reconocer es de la creatividad para eludir la responsabilidad del desastre, no hay tiempo para gobernar porque la campaña electoral del continuismo los mantiene ocupados, y usted y yo solo "aguantarnos"
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