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lunes, 30 de septiembre de 2013

Terroristas de nuevo


El verdadero odio es el desinterés, y el asesinato perfecto es el olvido.”
El fin de semana volvió a evidenciarse lo que algunos hemos venido comentando y otros ocultando. Grupos terroristas ejercieron la violencia en Santa Cruz Barillas haciendo lo que mejor saben: matar. En esta ocasión un soldado desarmado originario de El Quiché fue asesinado por cobardes habituales bendecidos (cuando no sutilmente alentados) por obispos fariseos y amparados por dizques defensores de DD.HH. y activistas carentes de vergüenza, conciencia y decencia. Como aquellos, son terroristas en grado de cómplices, aunque el MP los exculpa o hace la vista gorda como ha sido habitual en esos sucesos. La detención el fin de semana de varios maleantes con diversos antecedentes fue contestada con revueltas y violencia  dirigidas a su liberación, y lo consiguieron.
El pasado año ocurrieron incidentes suficientemente graves como para que hubiesen adoptado medidas concretas que evitasen su repetición. Sin embargo, se soslayó el procesamiento por secuestro, rapto y agresiones muy graves a quienes vapulearon a soldados en un destacamento militar apropiándose de su armamento y se cesó a la fiscal que intentó procesar a algunos culpables, por cierto del entorno de organizaciones que frecuentemente hablan de la criminalización de la protesta social, en lugar de hablar de criminales que generan protestas sociales. La fiscal fue trasladada -y sufrió un atentado que casi le cuesta la vida- y los casos se transfirieron -tras reducir la acusación- a fiscales más dóciles. Ágilmente se detuvo a quien se sindicó de haber dado muerte a un campesino, aunque el tribunal lo absolvió recientemente de ese cargo porque al fallecido le habían disparado por la espalda y no de frente, lo que sugiere que fue muerto por quienes estaban detrás de él. Sigue faltando el criminal que asesinó a una persona y ahora se agrega a la lista otro nuevo. En ambos caso no se hará lo suficiente porque parece ser la consigna ideológico-oficial.
No existe el concepto pobladores o población en lucha. Es una mentira repetida por loros sicarios. La verdad es que hay grupos de mafiosos delincuentes que roban electricidad y la venden a sus conciudadanos; ocupan fincas, las parcelan y alquilan a campesinos; obligan a pobladores a que acudan a manifestaciones o les cobran multas; agreden a quienes trabajan para ciertas empresas o asesinan amparándose en ese prefabricado e inexistente concepto. Se escudan detrás de ONG´s y organizaciones sociales, campesinas, ecologistas, etc., y son protegidos por columnistas y activistas radicales que pretenden socializar el mundo a pesar del fracaso estrepitoso político y económico de esa ideología. Cobardes que no dan la cara y actúan desde atrás, mientras sobreviven con fondos que reciben de donantes inescrupulosos o asisten en el extranjero a reuniones donde miente una vez tras otra. Ante la frustración de haber sido desenmascarados, continúan su activismo mercantilista provocando continuamente y desdiciendo de la justicia cuando no le es servil en las sentencias. Para ellos justicia es sinónimo de veredicto a la carta porque de lo contrario no les retorna el dinero esperado.
Este país tiene más asesinos, terroristas y mafiosos que aquellos que son detenidos por la PNC. Mucho matón de cuello blanco protegido por abogados, diplomáticos y religiosos tramposos. Criminales que han pasado de alentar a la gente para que se tire al monte a caldear los ánimos rurales. Son los cobardes que nunca tuvieron valor para combatir y dar la cara pero que continúan engañando a ciudadanos honrados ¿Qué hacer?: evidenciarlos, para que no sigan destruyendo.

viernes, 27 de septiembre de 2013

“Argo”



El director del sistema penitenciario, señor Camargo, lejos de asumir su responsabilidad, se aferra al cargo. Sabido es que en las diversas prisiones mandan todos menos los funcionarios titulares nombrados para ello, tornando el tema cada vez más amargo. En los centros de detención el presupuesto es dilapidado por bracilargos o cuellilargos, aunque siempre por encargo. Para mientras, tanto la dirección del sistema, como otros por encima, parecen estar en letargo. El propio Ministro de Gobernación -no digamos el Presidente- hacen declaraciones en su descargo, frunciendo el ceño o poniendo semblante de pargo, sin comentar ni asumir la responsabilidad sobre el importante recargo, tanto para la seguridad del ciudadano como en relación con el elevado costo del sistema.
Sabido es que hay sobrecargo de reclusos pero quienes deberían estar haciendo “argo” al respecto se muestran rabilargos, mientras arrastran la incapacidad o se mantienen inútilmente activos, porque el cargo les viene enormemente largo. Faltan argollas que anclen bien los cimientos y asegure el adecuado embargo de quienes se encuentran en el interior por condena judicial. Sin embargo, hasta que esas cosas no se hagan bien continuaremos con el natural abotargo cerebral de funcionarios que cuando deben de asumir su responsabilidad ignoran la palabra…, ¡largo!

lunes, 23 de septiembre de 2013

¡Al asalto!


Para vivir existen tres métodos: mendigar, robar o realizar algo (Mirabeau)

Cada año por estas fechas, el bandidaje sigiloso -a veces no tanto- depreda y acciona sobre el cada vez más abultado presupuesto nacional. Discretamente se transa por doquier. Los empresarios que buscan privilegios apoyan medidas del gobierno en tanto no cambien los que ya tienen o se les incrementen. La farándula del crimen organizado se compromete a entregar cargamentos de droga o dinero mientras las aduanas continúen siendo el coladero habitual y las patrullas de la PNC desistan de hacer controles serios en carreteras. Los políticos corruptos -casi todos- miran como apropiarse de concesiones y contratos utilizando empresas fantasmas o testaferros. Los sindicatos amenazan con manifestaciones, cortes y bochinches, caso de que no incrementarles las prebendas que hacen que cada funcionario público cueste más de diez veces que cualquier empleado privado y rinda mucho menos. Y así numerosos grupos.
Estamos en época de recolección, pero no de café ni de caña sino del pisto que robarán el próximo año por medio de concesión de prerrogativas o exención de cargas impositivas con beneplácito gubernamental. No importa que vivamos en un país donde la constitución -por cierto emporcada- diga que tenemos iguales derechos y obligaciones. Buscan -y encuentran- la manera de excusar a algunos personajes o colectivos del pago de los impuestos que deberían ser generales quienes cobran la retribución de favores con el silencio cómplice a la hora de entrampar o hundir el país hasta que el desastre acabe con las pocas esperanzas de vida que aún quedan. No obstante, todos somos coautores de esto. Nadie se escapa. Algunos porque su cobardía -que es mucha- les impide denunciar casos de corrupción que conocen por el lugar de trabajo o por donde viven. Otros, conforman, son “socios” y consolidan un sistema ausente de valores, ética y principios. Muchos más porque son huevos tibios y se escudan en el “miedo histórico” para justificar que no se puede hacer otra cosa que callar porque “te buscas problemas”. Al final, la maquinaria perversa es acelerada con la concurrencia de toda la ciudadanía: activa y pasiva.
Cada cual busca sus ventajas y no se puede diferenciar entre pobres y ricos o cualquier otra división. Unos solicitan les den tierras, laminas, comida, casa o dinero. Otros, cuotas, mordidas por contratos o perdones fiscales ¡Qué mas da! Robar no es un tema de cantidad, que a lo sumo agrava el hecho. Sustraer o malversar es una posición y tan culpable es quien introduce la mano, como aquel que permite que el vecino delinca. Cómo olvidar a ciertos diputados/as que gastan miles en restaurantes -o mínima cantidad en días festivos pagándose su parqueo y el sandwichito con dinero público- a pesar de ganar mas de Q35,000/mes ¡Es una actitud! que enmerda el cerebro aunque aceita las manos, las palabras y las actuaciones. No saldremos de esta situación porque es mal endémico, no pasajero. Se espera frecuente y equívocamente, que alguien venga al rescate de la debacle corrupteril, pero “ese alguien” será elegido por los votantes -corruptos o permisivos- de entre un grupo de ciudadanos -corruptos o permisivos- para ocupar un puesto de autoridad -corrupta o permisiva-. Imposible zafarse del circulo vicioso y lo peor es que ese comportamiento da la razón a los autoritarios que piensan que tiene que venir alguien opara ponernos en cintura ¿Será verdad? No opino, pero lo que tengo claro como el agua es que de continuar en esta línea tendremos lo que nos merecemos: basura perpetua.

Independencia, ¡ja!



Vivimos en un Estado patrimonialista. La lucha diaria -de muchos- es por ver quien se queda con la parte de todos. Buscan privilegios, excepción impositiva, cuotas de mercado, barreras arancelarias o proveer servicios contratados por corruptos de turno. La decencia hace tiempo que se dejó en el baúl, encerrada para siempre, con la honra, la ética, la moral, el buen comportamiento.
Casi todos aspiran a depredar un Estado construido para ser devorado ¿Independencia?, a lo más interdependientes de nuestra propia soberbia y avaricia. Da pena tantas muestras de falso patriotismo, de engalanado de honor, de desfiles vacíos, de proclamas sin contenido. No se hace un país, una sociedad, un grupo, sin valores y aquí hace más de 192 años que desaparecieron, sin que nadie los rescate por cobardía, inacción, conformismo, apatía… Permanentemente quejumbrosos pero impasibles antes la responsabilidad que reclama actuar contundentemente. Nos llamamos honestos y conformamos con hacer el “bien”, pero permitimos que el entorno sea shuco e indecente y no entendemos eso de la omisión, tan grave como la acción.
País de huevos tibios que esconden la cabeza o miran hacia otro lado cuando toca asumir la obligación del momento. Tenemos EXACTAMENTE, lo que nos merecemos, y continuará, por otros dos siglos más, sino cambiamos. Menos elogiar, cantar, entonar, proclamar, desfilar o correr… y más actuar con responsabilidad y vergüenza.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Ineptocracia


El que no se atreve a ser inteligente, se hace político (Jardiel Poncela)

Suele ser habitual -más de lo deseable- que funcionarios públicos sorprendan con sus escándalos, como eventos circenses extraordinarios en la animada vida pública. No basta con los constantes espectáculos de políticos de pacotilla y periódicamente surge alguna actuación estelar y más estruendosa. La última, fue la detención en estado de ebriedad de la viceministra de salud y de su hijo. Cualquier funcionario borracho supone una manifiesta incorrección, pero que encima lo sea la vice de salud es un ejercicio de oxímoron retorcido, con el agravante de haber libado junto con su retoño, validando aquel lema de “familia que chupa unida permanece feliz”. Para la señora no sugiero la destitución, sino el inmediato nombramiento de ministra de ambiente. No creo que exista candidata más ambientada, aunque sea en las cantinas. A semejante desfachatez se agrega aquella otra de la diputada Buezo, detenida en Honduras portando pistola de fantasía con vulgar grabado. Lejos de ingresar en prisión fue detenida por muy poco tiempo debido a su  privilegiada condición y se zafó pagando unos tres mil dólares !Problema resuelto! Cualquier otro mortal hubiera pasado seguramente un calvario por semejante osadía, algo que no ocurre con “honorables” funcionarias. Una tercera chabacanería fue la pelea entre Delia Back -también diputada- y su otrora “compañero” de partido -macho Taracena-, donde se amenazó al “Supermán del Congreso”, por supuesta agresión/acoso, con el empleo de un adminículo eléctrico defensivo. Uno más de los históricos momentos tragicómicos que exhiben en ese circo parlamentario ¡Ay, mujeres divinas!
Lo que subyace en el fondo -y esto es lo importante- es la absoluta falta de principios éticos de quienes dicen representarnos y de aquellos que los nombran. Esto no es privativo de la política, también se da en otras manifestaciones de las relaciones humanas. Los accidentes de autobuses es un claro ejemplo de ello. La culpa la tendrá el piloto, pase lo que pase. Nadie se pregunta quién es el propietario del transporte, sobre los seguros de responsabilidad civil, si el conductor contaba con madurez suficiente y con experiencia para manejar un vehículo de esa clase -además de estar perfectamente ubicado y no “desaparecer” cuando las cosas van mal- o por qué se circula con sobrecarga. Tampoco sobre la falta de verificación y control policial en ruta, al atravesar localidades o de las patrullas de la PNC o COVIAL que se cruzan con el autobús: si le funcionan las luces, si tiene desperfectos que puedan representar peligro, si observa las normas de tránsito, etc. A muchos -usuarios incluidos- les pela el tema y cuando ocurre la tragedia, desentierran proyectos engavetados o hacen declaraciones que señalan al más frágil en la cadena de irregularidades. El dicho aquel de “muerto el perro se acabo la rabia” se aplica literalmente y la responsabilidad política o penal no trasciende más allá del implicado. 
Todo es más sencillo ¡Sumamente fácil! Cada quien, especialmente los designados para ejercer un cargo público, deben de asumir su responsabilidad y hacer su trabajo honestamente. Mientras el funcionario sea disfuncional y no funcione, todo seguirá siendo un coladero al que nadie esta dispuesto a ponerle la tapa. No hay que ser estratega para comprender que la mayoría de los problemas tienen sencilla y rápida solución, en la medida que cada quien asuma su responsabilidad y enfrente los retos correspondiente en lugar de libar, gastar dinero público en caros restaurantes o generar espectáculos bochornosos. En toda caso es lo que hay: mucho shumo/a inútil en el lugar equivocado.