El “pulgarcito centroamericano” (El Salvador), lleva años dándonos lecciones de lo que es mejorar la competitividad y la calidad de vida, a pesar de ser un país de posconflicto, escusa que otros arguyen. Sus ciudadanos, su clase política y empresarial han sido capaces de empujar en la misma dirección y situarlo como el tercer país de la región en prácticamente todos los indicadores institucionales.
El pasado domingo, el “David” de la zona (Honduras) demostró que a pesar de la oposición, incluso grosera, de la mayoría de los países, del intervencionismo descarado de los “hijos de Fidel” y de ciertas presiones mediáticas, se puede salir adelante y dar al mundo una auténtica lección de política, de ciudadana, de educación y de espíritu de superación.
Los grandes, los lideres, no son precisamente los que se pliegan a los designios de otros, mucho menos si están manifiestamente equivocados. Ahí está USA que apostó por reconocer el resultado de las elecciones hondureñas, pero también Panamá y, a última hora, lo que no desmerece, Costa Rica, entre otros. El presidente Arias supo rentabilizar la negociación amañada que impulsó la OEA pero también rendirse a las evidencias y la racionalidad del caso al cambiar sustancialmente de postura.
Guatemala, políticamente hablando, tardó oficialmente en dejar claro lo que se evidenció tras el cierre de fronteras: siempre apostó por el delincuente Zelaya. Ahora, sin liderazgo -algo nada nuevo- deberá acomodarse a la nueva posición internacional que sin duda ira progresivamente reconociendo al nuevo gobierno hondureño. En los pequeños detalles está la diferencia, aunque aquí y en otros lugares, no se supo utilizar. Era un buen momento para que la cordura hubiese imperado pero, como otros muchos, se desaprovechó, porque había que quedar bien con los que pagan y dirigen voluntades desde la más desesperada agonía ideológica. Seguimos siendo rebasados por casi todos y cuando se quiera ejercer o reclamar el liderazgo histórico, seremos los últimos de la fila y habrá que esperar el turno, aunque siempre queda la escusa de los 500 años de opresión o la del conflicto armado. ¿Dará asilo Fidel o Chávez a Zelaya?. ¿Por qué no se va a vivir el ex hondureño a esos paraísos socialistas, a ver cuánto le permiten hablar y qué calidad de vida le espera?.
Honduras ha tenido la determinación de frenar la avalancha populista que galopaba desbocada. La democracia, lejos de haber sido violada como muchos pretenden, dejo ver mecanismos de protección que parecían dormimos o eran ignorados. Un poder legislativo eficiente o un poder judicial independiente, pueden servir de contrapeso a un ejecutivo con vocación absolutista. Se acabó el presidencialismo de corte dictatorial y la historia tendrá que reconocer este punto de no retorno. Antes se luchó contra dictadores y ahora hay que enfrentar a los usurpadores y a los delincuentes políticos cuyos fines son idénticos: perpetuarse en el poder y oprimir hasta sangrar. ¡Atención a los contumaces!.
Los modernos golpes “democráticos” y el afán revanchista, tienen remedio y el ejemplo hondureño es un referente. El cambio siempre ha sido protagonizado por elites y liderado por quienes han sido capaces de arriesgar lo necesario. Los pasivos, los cobardes, los acomodados y otros conformistas, nunca han protagonizado nada, menos grandes revoluciones o cambios sustanciales, salvo empleando la fuerza, el engaño o la coacción.
La región contaba con un Pulgarcito ejemplar y ahora con un histórico David. Por aquí, lamentablemente, seguimos pensando en el grandote de Goliat o en el asistencialismo gubernamental. Esa es la diferencia con los grandes, no otras.
Este es un blog personal donde se editan las columnas de opinion (y otras) que semanalmente publico en el diario PRENSA LIBRE de Guatemala. La idea es generar un espacio de debate y opinión con los lectores, de forma que la libertad de expresión sea en doble sentido.
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lunes, 30 de noviembre de 2009
martes, 24 de noviembre de 2009
Reforma (?) fiscal
Continúa el cuento de la “reforma” fiscal, siempre orientada a que pague más quien ya lo hace o más tiene. Ese ha sido, por años, el discurso de quienes desean beneficiarse de los demás y distribuir la riqueza que otros generan, a su antojo por supuesto, sin trasparencia ni fiscalización.
Naciones Unidas ha tenido “la capacidad” (o la audacia) de definir quién es pobre, en función de fijar una cantidad de dólares al día. Sin embargo, no ha podido determinar “quien es rico”. Esa reflexión la ha dejado en manos de los promotores de gravar la riqueza del exitoso. Si usted triunfa porque arriesga capital, es creativo, tiene ideas que impactan o sencillamente la suerte le sonríe, esos hijos…, de lo ajeno, rápidamente le hipotecarán su esfuerzo.
Se deja a criterio del Gobierno de turno los límites y de esa forma puede ir jodiendo a diversas capas sociales, en función de la presión política que desee hacer. Pero, ¿hay otra forma de actuar?, ¡claro que sí!. Por ejemplo, que paguen las carreteras quienes las utilizan y estén exentos de esa carga quienes no. De esta forma pagaría peaje solo si usted circula por esas vías. Aplique este criterio a la mayoría de los servicios y obtendrá respuesta. Ejemplo, la escuela pública.
El Gobierno se queja de una disminución en la recaudación, pero no dice lo mal que ejecuta el presupuesto ni que menos de la mitad de los contribuyentes posibles pagan sus impuestos. Desconoce, por ejemplo, que alrededor de un 60% es economía informal. ¿Cuántas facturas le emiten en el interior del país?. ¿Cuántas facturas consigue usted en mercados de cualquier ciudad?. ¿Qué justificante de compra le expiden cuando adquiere, en los cientos de semáforos, tarjetas prepago para celulares?. ¿Por qué no se fiscalizan los millonarios negocios de la Terminal?. ¿Por qué no se suprimen los enormes gastos en propaganda del Gobierno, en viáticos al exterior y en obras a los Diputados?. ¿Cómo se gastan los miles de millones de cohesión social?.
Se podría seguir con una larga lista de interrogantes y cuantificarlos de forma que el dinero que afanosamente buscan no está, en primera instancia, en más cargas impositivas, más bien en ser eficientes con lo que tienen y, sobre todo, en aclarar los anteriores interrogantes. El programa electoral del actual Gobierno se orientaba precisamente en promover la incorporación de todos los que no pagan por múltiples razones. No obstante, ha sido preferible no enfrentar esa batalla y mucho más cómodo señalar a los empresarios, a los ricos o a los poderosos (a todos los que ONU no define), antes que incorporar responsablemente a los que están fuera del sistema y no participan del esfuerzo común que reclaman.
Mientras no se aborde el problema tal cual es y se establezcan unos lineamientos claros donde el que más consuma o más uso haga de los servicios sea el que más pague, pero también, el que menos tiene asuma su responsabilidad, no avanzaremos mucho. Me parece muy bien becar los estudios universitarios de alumnos sin recursos, pero ¿por qué cuando esos mismos alumnos son profesionales exitosos y triunfan no devuelven el dinero que otros le prestaron para así proseguir con la ayuda?. El cuento de la redistribución está monopolizado por los que no pagan o por los que siempre se benefician o viven del sistema (JA y su sindicato es un buen ejemplo). ¿Quién termina pagando la subvención al transporte urbano sino los habitantes del interior?.Es momento de buscar otras alternativas mas transparentes, eficientes y justas y dejarse de cuentos chinos que sigan manipulando la realidad.
Naciones Unidas ha tenido “la capacidad” (o la audacia) de definir quién es pobre, en función de fijar una cantidad de dólares al día. Sin embargo, no ha podido determinar “quien es rico”. Esa reflexión la ha dejado en manos de los promotores de gravar la riqueza del exitoso. Si usted triunfa porque arriesga capital, es creativo, tiene ideas que impactan o sencillamente la suerte le sonríe, esos hijos…, de lo ajeno, rápidamente le hipotecarán su esfuerzo.
Se deja a criterio del Gobierno de turno los límites y de esa forma puede ir jodiendo a diversas capas sociales, en función de la presión política que desee hacer. Pero, ¿hay otra forma de actuar?, ¡claro que sí!. Por ejemplo, que paguen las carreteras quienes las utilizan y estén exentos de esa carga quienes no. De esta forma pagaría peaje solo si usted circula por esas vías. Aplique este criterio a la mayoría de los servicios y obtendrá respuesta. Ejemplo, la escuela pública.
El Gobierno se queja de una disminución en la recaudación, pero no dice lo mal que ejecuta el presupuesto ni que menos de la mitad de los contribuyentes posibles pagan sus impuestos. Desconoce, por ejemplo, que alrededor de un 60% es economía informal. ¿Cuántas facturas le emiten en el interior del país?. ¿Cuántas facturas consigue usted en mercados de cualquier ciudad?. ¿Qué justificante de compra le expiden cuando adquiere, en los cientos de semáforos, tarjetas prepago para celulares?. ¿Por qué no se fiscalizan los millonarios negocios de la Terminal?. ¿Por qué no se suprimen los enormes gastos en propaganda del Gobierno, en viáticos al exterior y en obras a los Diputados?. ¿Cómo se gastan los miles de millones de cohesión social?.
Se podría seguir con una larga lista de interrogantes y cuantificarlos de forma que el dinero que afanosamente buscan no está, en primera instancia, en más cargas impositivas, más bien en ser eficientes con lo que tienen y, sobre todo, en aclarar los anteriores interrogantes. El programa electoral del actual Gobierno se orientaba precisamente en promover la incorporación de todos los que no pagan por múltiples razones. No obstante, ha sido preferible no enfrentar esa batalla y mucho más cómodo señalar a los empresarios, a los ricos o a los poderosos (a todos los que ONU no define), antes que incorporar responsablemente a los que están fuera del sistema y no participan del esfuerzo común que reclaman.
Mientras no se aborde el problema tal cual es y se establezcan unos lineamientos claros donde el que más consuma o más uso haga de los servicios sea el que más pague, pero también, el que menos tiene asuma su responsabilidad, no avanzaremos mucho. Me parece muy bien becar los estudios universitarios de alumnos sin recursos, pero ¿por qué cuando esos mismos alumnos son profesionales exitosos y triunfan no devuelven el dinero que otros le prestaron para así proseguir con la ayuda?. El cuento de la redistribución está monopolizado por los que no pagan o por los que siempre se benefician o viven del sistema (JA y su sindicato es un buen ejemplo). ¿Quién termina pagando la subvención al transporte urbano sino los habitantes del interior?.Es momento de buscar otras alternativas mas transparentes, eficientes y justas y dejarse de cuentos chinos que sigan manipulando la realidad.
martes, 17 de noviembre de 2009
Zorros y gallinas
América Latina sigue convulsa por la actitud de ciertos Presidentes que modifican, o lo pretenden, las respectivas constituciones con el fin último de perpetuarse en el poder. Comenzó la fiebre con el desequilibrado de Chávez y, cual castillo de fichas de dominó, siguieron otros. El intento más reciente ha sido la burda maniobra del presidente Ortega quien apoyándose en una sentencia apañada por medio de una integración particular y anómala de la Sala Constitucional, pretende cambiar la de su país con la misma vil intención y sin ninguna legalidad.
Por años, se ha luchado en todo el mundo y muy particularmente en la región, contra dictaduras militares. A la fecha, todavía hay procedimientos abiertos por delitos cometidos en aquellos momentos: torturas, desapariciones, asesinatos y otros más. Sin embargo asumimos, aceptamos y hasta votamos, cuando no condecoramos y saludamos efusivamente, a Presidentes que son o terminan siendo igual de delincuentes que aquellos otros que pretendemos juzgar.
Tuvimos a uno confeso de dos asesinatos, y lo sabíamos antes de elegirlo. En Venezuela, hay un golpista juzgado y condenado que pretendió tomar el poder por la fuerza de las armas. Ahora, anacrónicamente, está al frente del país. Nicaragua es presidida por un violador que por veinte años cometió delito contra su propia hijastra, algo que mueve la conciencia de cualquier ser humano, salvo él, su esposa y algunos enfermos más. En Honduras, al margen de situaciones posteriores, el señor Zelaya decidió ignorar varias sentencias judiciales y del tribunal electoral, poniéndose voluntariamente al margen de la ley y, finalmente, en Cuba, manda un asesino que desde hace más de 50 años mata, diariamente, poco a poco a todo un pueblo cuando no lo condena a muerte directamente o lo pone en prisión. Son criminales confesos, ni siquiera presuntos, porque todo ellos han sido juzgados y condenados o han confesado o visibilizado su crimen. ¿Para qué tanta lucha contra dictadores si ahora votamos y ponemos al frente de gobiernos a otros idénticos?, o es que hay diferencia entre una tortura militar y una violación civil. O, entre un crimen cometido por un pelotón y un disparo de pistola en una calle mexicana. ¿Acaso no nos sentimos cómplices al elegirlos o mantenerlos en el poder con nuestro voto?. ¿Qué se siente al estrecharle la mano a uno de esos individuos o entregarle un galardón?. Pareciera que se han perdido valores fundamentales y la delincuencia se ha apoderado de cierta política. ¿Qué podemos esperar de esa clase de gestores?.
Todos esos regímenes apoyan la violencia callejera (recuerden el jueves negro o los disturbios actuales en Nicaragua, Honduras y Venezuela), únicamente proveen de trabajo público a los afiliados al partido y empobrecen y envilecen la situación nacional cada minuto. Nos estamos jugando la democracia frente a algo que ni siquiera es una alternativa de vida. Cada día perdemos más libertad, se recortan más derechos y la presión política cae sobre el ciudadano honrado que, por apatía e inacción, cuando no por colaboracionismo -espero que inconsciente- termina siendo asfixiado por el poder omnímodo del gobernante. Cuanto usted aspira a no importa que trabajo, tiene que llevar decenas de certificados y contar con múltiples cualificaciones y recomendaciones. Nuestras constituciones no piden prácticamente nada a quien desea ser Presidente. Cualquier loco -o criminal- puede llegar a estar al frente de un país y no se puede echar, por muy inútil que sea, antes de que termine el periodo. Es el viejo proverbio del zorro cuidando a las gallinas. ¡Qué peligro!. ¿No es para pensárselo dos veces?.
Por años, se ha luchado en todo el mundo y muy particularmente en la región, contra dictaduras militares. A la fecha, todavía hay procedimientos abiertos por delitos cometidos en aquellos momentos: torturas, desapariciones, asesinatos y otros más. Sin embargo asumimos, aceptamos y hasta votamos, cuando no condecoramos y saludamos efusivamente, a Presidentes que son o terminan siendo igual de delincuentes que aquellos otros que pretendemos juzgar.
Tuvimos a uno confeso de dos asesinatos, y lo sabíamos antes de elegirlo. En Venezuela, hay un golpista juzgado y condenado que pretendió tomar el poder por la fuerza de las armas. Ahora, anacrónicamente, está al frente del país. Nicaragua es presidida por un violador que por veinte años cometió delito contra su propia hijastra, algo que mueve la conciencia de cualquier ser humano, salvo él, su esposa y algunos enfermos más. En Honduras, al margen de situaciones posteriores, el señor Zelaya decidió ignorar varias sentencias judiciales y del tribunal electoral, poniéndose voluntariamente al margen de la ley y, finalmente, en Cuba, manda un asesino que desde hace más de 50 años mata, diariamente, poco a poco a todo un pueblo cuando no lo condena a muerte directamente o lo pone en prisión. Son criminales confesos, ni siquiera presuntos, porque todo ellos han sido juzgados y condenados o han confesado o visibilizado su crimen. ¿Para qué tanta lucha contra dictadores si ahora votamos y ponemos al frente de gobiernos a otros idénticos?, o es que hay diferencia entre una tortura militar y una violación civil. O, entre un crimen cometido por un pelotón y un disparo de pistola en una calle mexicana. ¿Acaso no nos sentimos cómplices al elegirlos o mantenerlos en el poder con nuestro voto?. ¿Qué se siente al estrecharle la mano a uno de esos individuos o entregarle un galardón?. Pareciera que se han perdido valores fundamentales y la delincuencia se ha apoderado de cierta política. ¿Qué podemos esperar de esa clase de gestores?.
Todos esos regímenes apoyan la violencia callejera (recuerden el jueves negro o los disturbios actuales en Nicaragua, Honduras y Venezuela), únicamente proveen de trabajo público a los afiliados al partido y empobrecen y envilecen la situación nacional cada minuto. Nos estamos jugando la democracia frente a algo que ni siquiera es una alternativa de vida. Cada día perdemos más libertad, se recortan más derechos y la presión política cae sobre el ciudadano honrado que, por apatía e inacción, cuando no por colaboracionismo -espero que inconsciente- termina siendo asfixiado por el poder omnímodo del gobernante. Cuanto usted aspira a no importa que trabajo, tiene que llevar decenas de certificados y contar con múltiples cualificaciones y recomendaciones. Nuestras constituciones no piden prácticamente nada a quien desea ser Presidente. Cualquier loco -o criminal- puede llegar a estar al frente de un país y no se puede echar, por muy inútil que sea, antes de que termine el periodo. Es el viejo proverbio del zorro cuidando a las gallinas. ¡Qué peligro!. ¿No es para pensárselo dos veces?.
lunes, 9 de noviembre de 2009
El informe
Casi al mismo tiempo en que el Presidente Colom declaró que le habían aconsejado que disminuyendo la brecha social se reduciría la violencia, el PNUD presentó un estudio en disconforme dirección, algo evidente y señalado en muchas ocasiones. El Organismo Internacional resalta como principal punto que “la seguridad ciudadana es esencial para el desarrollo humano”. Más claro si es posible: o se apuesta por la seguridad como primer y prioritario deber de gobierno o no hay desarrollo que valga, lo que confronta sustancial y directamente la aseveración presidencial, la política gubernamental, la pantomima de Cohesión Social y los discursos de ciertos grupos de presión que no han terminado de entenderlo todavía. ¿O será que sí?.
Pero no queda ahí, también señala que “el problema de la seguridad sí tiene soluciones conocidas”. Aquella inteligencia prometida, que nunca encontraron en esta Administración, se traduce sencillamente en la búsqueda de lo ya experimentado, conocido y evaluado. Deben tomar nota de como implementarlo y dejar de lado la manifiesta ineficiencia tras casi dos años de gestión. Si de verdad hubiera interés, solo hay que preguntar y dejarse asesorar en vez de que la soberbia o la incapacidad de ciertas autoridades terminen por enlutecer a más ciudadanos. En otro punto remarca: “las soluciones más eficaces respetan y refuerzan el Estado de Derecho”, lo que cierra el círculo que muchos han venido comentando: sin seguridad y sin Estado de Derecho, lo demás no funciona. No tendría que venir el PNUD a decir estas obviedades, pero como siempre hacemos caso a los “enviados especiales”, parece oportuno seguir la misma dinámica.
Para los que opinan que hay que incrementar los impuestos porque el dinero no llega y tenemos la más baja recaudación de América Latina, el análisis agrega: “el dinero no lo es todo”. ¿Qué decir ahora?. Resulta que hay otras formas de potenciar y promover medidas para alcanzar mayor seguridad. Por tanto, déjense de falacias y tonterías. Si la inseguridad no se arregla no hay explicación, al menos dentro de una mínima y congruente lógica que no sea política, claro.
Queda igualmente desvirtuado, tanto en el informe como en el Índice de Desarrollo Humano 2009, el argumento que suelen sustentar gobernantes, “comunidad internacional” y algún que otro columnista que no investiga, respecto a la brecha entre ricos y pobres (índice de Gini), como generador de violencia, Dicho registro en Guatemala es de 53,7, pero mayor es el de Panamá, Brasil, Colombia y cercano el de Chile (52) o Costa Rica (47,2). Es decir, países con similar desigualdad son mucho más seguros, lo que viene a demostrar que la brecha no es generadora de delincuencia. Dejen de sustentar interesadas teorías en falsedades o si lo desean, podemos acercarnos y parecernos a Niger, Sierra Leona, Etiopia o Burundi, con mucha “mayor igualdad”.
Ahora que continúa la pugna por conseguir más recursos para asignarle destino desconocido o despilfarrarlos en eso que “gestiona” doña Sandra, es hora de promover verdaderas políticas que nos lleven al desarrollo o seguir con el manoseo de la demagogia y del rentismo político. Las patrañas discusivas siguen haciendo de las suyas, no sé si intencionalmente, por pura ignorancia o porque esto de los pactos políticos cada vez resulta más caro y entre el listado de obras, el porcentaje y la intromisión de la hermana y el de algunos gobernadores, alcaldes y otros intermediarios, las comisiones subieron demasiado. ¿Sabe cuánto debe cada niño antes de nacer?. ¡Eso sí que genera pobreza y falta de desarrollo!, pero gubernamentalmente planificado.
Pero no queda ahí, también señala que “el problema de la seguridad sí tiene soluciones conocidas”. Aquella inteligencia prometida, que nunca encontraron en esta Administración, se traduce sencillamente en la búsqueda de lo ya experimentado, conocido y evaluado. Deben tomar nota de como implementarlo y dejar de lado la manifiesta ineficiencia tras casi dos años de gestión. Si de verdad hubiera interés, solo hay que preguntar y dejarse asesorar en vez de que la soberbia o la incapacidad de ciertas autoridades terminen por enlutecer a más ciudadanos. En otro punto remarca: “las soluciones más eficaces respetan y refuerzan el Estado de Derecho”, lo que cierra el círculo que muchos han venido comentando: sin seguridad y sin Estado de Derecho, lo demás no funciona. No tendría que venir el PNUD a decir estas obviedades, pero como siempre hacemos caso a los “enviados especiales”, parece oportuno seguir la misma dinámica.
Para los que opinan que hay que incrementar los impuestos porque el dinero no llega y tenemos la más baja recaudación de América Latina, el análisis agrega: “el dinero no lo es todo”. ¿Qué decir ahora?. Resulta que hay otras formas de potenciar y promover medidas para alcanzar mayor seguridad. Por tanto, déjense de falacias y tonterías. Si la inseguridad no se arregla no hay explicación, al menos dentro de una mínima y congruente lógica que no sea política, claro.
Queda igualmente desvirtuado, tanto en el informe como en el Índice de Desarrollo Humano 2009, el argumento que suelen sustentar gobernantes, “comunidad internacional” y algún que otro columnista que no investiga, respecto a la brecha entre ricos y pobres (índice de Gini), como generador de violencia, Dicho registro en Guatemala es de 53,7, pero mayor es el de Panamá, Brasil, Colombia y cercano el de Chile (52) o Costa Rica (47,2). Es decir, países con similar desigualdad son mucho más seguros, lo que viene a demostrar que la brecha no es generadora de delincuencia. Dejen de sustentar interesadas teorías en falsedades o si lo desean, podemos acercarnos y parecernos a Niger, Sierra Leona, Etiopia o Burundi, con mucha “mayor igualdad”.
Ahora que continúa la pugna por conseguir más recursos para asignarle destino desconocido o despilfarrarlos en eso que “gestiona” doña Sandra, es hora de promover verdaderas políticas que nos lleven al desarrollo o seguir con el manoseo de la demagogia y del rentismo político. Las patrañas discusivas siguen haciendo de las suyas, no sé si intencionalmente, por pura ignorancia o porque esto de los pactos políticos cada vez resulta más caro y entre el listado de obras, el porcentaje y la intromisión de la hermana y el de algunos gobernadores, alcaldes y otros intermediarios, las comisiones subieron demasiado. ¿Sabe cuánto debe cada niño antes de nacer?. ¡Eso sí que genera pobreza y falta de desarrollo!, pero gubernamentalmente planificado.
domingo, 1 de noviembre de 2009
Uno y otros
He esperado, intencionadamente, la evolución de la crisis que se desató cuando la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua declaró "inaplicable" un artículo de la Constitución que prohíbe la reelección presidencial.
Sin embargo, no he visto una significativa reacción de articulistas, de analistas ni de políticos en relación con el manoseo jurídico del tema, el infantilismo de la sentencia y la obviedad en el paso por la entrepierna del marco legal nicaragüense. Muchos fueron capaces de entrarle, aún con pocos argumentos, al tema hondureño, valorando las decisiones de aquella Suprema Corte y del Congreso contra el delincuente Zelaya, pero pocos han tenido la valentía de analizar este manipuleo, al igual que tampoco lo hicieron con aquel otro que impidió al alcalde de Caracas tomar el puesto para el que fue democráticamente electo.
Se constata el doble rasero de ciertos actores del acontecer político que evidencia algo fácil de intuir: hay mucho lacayo de quienes manejan el entorno que apuesta por el golpismo, la dictadura y el toqueteo de las instituciones en tanto en cuanto respondan a los intereses de sus amigotes, venezolanos y cubanos para mas señas.
Asistimos, impertérritos y pasivos, al empoderamiento de todo un grupo de descerebrados con alma de dictador que quieren perpetuarse en el poder con el cuento chino de que el pueblo los votó, sin anotar que muchos de ellos lo fueron por escasos votos de diferencia y que, además, hay otros poderes que los balancean y les impiden hacer las mamarrachadas que pretenden en nombre del pueblo y con la anuencia de aquel. Ya demostró Cuba hace muchos años que la única razón de una revolución de ese tipo es perpetuar un linaje de criminales y abusadores para que los serviles del régimen puedan tener vida de lujo mientras el resto, ese pueblo que aclaman continuamente, no tenga libertad, padezca racionamiento o esté sometido al capricho de sus opresores, cuando no en prisión.
Venezuela comenzó la andadura por la misma senda hace más de una década. La represión, el incremento de la violencia, la devaluación de la moneda, la nacionalización de empresas, el despotismo gubernamental, el silencio forzado de medios de comunicación no afines y otra serie de atropellos, están a la orden del día y en aumento. Algunos incautos creyeron al inicio que “la cosa iba con otros”, hasta que se han visto copados por una dictadura que los oprime y amenaza continuamente. Bolivia y Ecuador, siguieron la estela. Honduras se rebeló y se echó encima la poderosa maquinaria propagandística de los comandantes y de la desprestigiada OEA, amplificada por algunos “intelectuales” que esos regímenes becan con estudios, viajes, reconocimientos o pagan en metálico. Ahora, sin solucionar nada de lo anterior, el Presidente de Nicaragua se suma al avasallamiento y a la estupidez político-jurídica y busca, como sus colegas, la perpetuación en el poder, saltándose los preceptos constitucionales y las normas vigentes, al amparo de resoluciones judiciales emanadas de órganos sumisos o amañados y con el silencio cómplice de los que gustan de esos sistemas en tanto en cuanto les otorgan donaciones para sus ONG,s, viajes para sus personas u otro tipo de prebendas. ¡Quien dijo que Roma no paga a traidores?. El tren del populismo, cargado de dictadores, se acerca a velocidad preocupante arrollando la democracia liberal y sus principios. Hay que resolver el dilema antes de que sea tarde o haga otra parada. ¿Nos pondremos en alerta o nos quejaremos cuando todo pase?. ¡Manos a la obra!. Podemos dar la talla, aunque sea por una vez.
Sin embargo, no he visto una significativa reacción de articulistas, de analistas ni de políticos en relación con el manoseo jurídico del tema, el infantilismo de la sentencia y la obviedad en el paso por la entrepierna del marco legal nicaragüense. Muchos fueron capaces de entrarle, aún con pocos argumentos, al tema hondureño, valorando las decisiones de aquella Suprema Corte y del Congreso contra el delincuente Zelaya, pero pocos han tenido la valentía de analizar este manipuleo, al igual que tampoco lo hicieron con aquel otro que impidió al alcalde de Caracas tomar el puesto para el que fue democráticamente electo.
Se constata el doble rasero de ciertos actores del acontecer político que evidencia algo fácil de intuir: hay mucho lacayo de quienes manejan el entorno que apuesta por el golpismo, la dictadura y el toqueteo de las instituciones en tanto en cuanto respondan a los intereses de sus amigotes, venezolanos y cubanos para mas señas.
Asistimos, impertérritos y pasivos, al empoderamiento de todo un grupo de descerebrados con alma de dictador que quieren perpetuarse en el poder con el cuento chino de que el pueblo los votó, sin anotar que muchos de ellos lo fueron por escasos votos de diferencia y que, además, hay otros poderes que los balancean y les impiden hacer las mamarrachadas que pretenden en nombre del pueblo y con la anuencia de aquel. Ya demostró Cuba hace muchos años que la única razón de una revolución de ese tipo es perpetuar un linaje de criminales y abusadores para que los serviles del régimen puedan tener vida de lujo mientras el resto, ese pueblo que aclaman continuamente, no tenga libertad, padezca racionamiento o esté sometido al capricho de sus opresores, cuando no en prisión.
Venezuela comenzó la andadura por la misma senda hace más de una década. La represión, el incremento de la violencia, la devaluación de la moneda, la nacionalización de empresas, el despotismo gubernamental, el silencio forzado de medios de comunicación no afines y otra serie de atropellos, están a la orden del día y en aumento. Algunos incautos creyeron al inicio que “la cosa iba con otros”, hasta que se han visto copados por una dictadura que los oprime y amenaza continuamente. Bolivia y Ecuador, siguieron la estela. Honduras se rebeló y se echó encima la poderosa maquinaria propagandística de los comandantes y de la desprestigiada OEA, amplificada por algunos “intelectuales” que esos regímenes becan con estudios, viajes, reconocimientos o pagan en metálico. Ahora, sin solucionar nada de lo anterior, el Presidente de Nicaragua se suma al avasallamiento y a la estupidez político-jurídica y busca, como sus colegas, la perpetuación en el poder, saltándose los preceptos constitucionales y las normas vigentes, al amparo de resoluciones judiciales emanadas de órganos sumisos o amañados y con el silencio cómplice de los que gustan de esos sistemas en tanto en cuanto les otorgan donaciones para sus ONG,s, viajes para sus personas u otro tipo de prebendas. ¡Quien dijo que Roma no paga a traidores?. El tren del populismo, cargado de dictadores, se acerca a velocidad preocupante arrollando la democracia liberal y sus principios. Hay que resolver el dilema antes de que sea tarde o haga otra parada. ¿Nos pondremos en alerta o nos quejaremos cuando todo pase?. ¡Manos a la obra!. Podemos dar la talla, aunque sea por una vez.
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