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lunes, 29 de agosto de 2011

Get out…! Aquí somos incapaces



Será que no podemos o que no queremos y por eso se hace todo tan mal. A estas alturas no tengo ni idea.


Una histórica decisión de la CC permite que por primera vez un ex presidente de la República sea extraditado a los Estados Unidos. Los pasos jurídicos ya están dados y falta que el Presidente Colom autorice el proceso. No se sabe que hará, aunque parece ser que no le queda de otra que permitir que sea extraditado salvo que esté dispuesto a superar las críticas que a la fecha lleva la Santa Inquisición. Un brete sobre el que debe resolver a pesar de que las opciones no son muchas.
Lo que el MP no pudo probar en primera instancia, es decir la culpabilidad del ex mandatario, será parte de la futura labor de la fiscalía neoyorquina. Los argumentos de estos últimos parece ser que han sido, judicialmente hablando, de mayor contundencia que aquellos que presentaron los de casa. Todo un ejemplo de lo que falta por hacer aquí si quieren, de verdad, posicionar a la justicia en un ranking más apropiado y, sobre todo, ganarse la confianza de los ciudadanos. Otra reflexión, posiblemente más audaz, es que debería afligirnos y darnos vergüenza el hecho de tener que extraditar a un ex presidente. La imagen de la democracia que transmitimos al mundo es la de haber elegido a un “delincuente” con los votos de muchos que ahora se rasgan las vestiduras, además de la patente incapacidad para juzgarlo aquí y una manifiesta inoperancia del sistema judicial, algo por otra parte públicamente reconocido, tanto por CICIG como por el propio MP, al declarar que no se podía asegurar la integridad de otro de los reclamados, aunque seguro se apropiarán vorazmente del “logro” de esta extradición. Sin embargo, son ellos los que han llevado este caso a una polémica donde la eficacia del organismo público y la de sus colegas internacionales, deja mucho que desear. Si lo duda, léase la sentencia absolutoria que emitió el tribunal y comprobará las razones de las juezas.
Superar la indefensión y reducir la impunidad pasa porque el MP haga su trabajo de forma adecuada y precisa. La mayoría de las sentencias absolutorias lo son no porque los jueces se compren, no hagan bien su trabajo o sean corruptos -que de todo hay- sino por la insostenibilidad de las pruebas que el organismo encargado de la investigación aporta o la inexistencia de las mismas. Es ahí precisamente donde hay que prestar atención y no hacer una crítica general que impide fijar la atención en el problema y permite que se diluya en discusiones estériles. Tampoco es momento de echar las campanas al vuelo ni de idealizar sistemas. La extradición se concede con la recomendación de que se respeten los derechos humanos del sr. Portillo y es que los USA no han ratificado tal declaración. Esperemos que en un pavoneo de esos que tienen de vez en cuando no hagan como con el terrorista O. B. Laden a quien por “decreto presidencial” se le arrojó al mar y así se hizo “justicia universal”. Como vemos una paradoja interesante que se completa con la negativa a entregar al también acusado Llort Quiteño. Y es que ellos ¡si saben como hacerlo!
Cada vez estoy más convencido de que por eso se redactan las sentencias de forma tan compleja e ininteligible. Repletas de tecnicismo y de latinajos, conforman un documento difícil de comprender y me da el tufo que es así para que las criticas y los análisis se reduzcan sustancialmente. Toda una suerte de procedimientos que más parecieran estar hechos para no comprenderlos que para aclarar la situación ¡Viva la justicia!

lunes, 22 de agosto de 2011

¡Pobrecita, qué pena!

La inadmisión de la candidatura oficial reconduce inevitablemente a una nueva estrategia electoral de la UNE-GANA. Ciertos analistas han coincidido, inocentemente, en valorar la “resignación” y la “aceptación” de Sandra en relación con la sentencia que la aparta de su carrera electoral 2011. Mientras mostraba esa aparente imperturbabilidad ponía un recurso en la Corte Centroamericana de Justicia, algo inútil e inservible, pero que dice mucho de la actitud real; hizo un llamado importante al voto nulo, con lecciones prácticas de cómo hacerlo impartidas por militantes y alguna diputada de esas que trabaja poco, pero bochinchea mucho y presentó un recurso contra la aceptación de Harold Caballeros, lo que revela el nivel de pataleta contenida de la “abrasiva” y berrinchuda dama, y de su entorno.
El llamado al voto inútil obedece a un estrategia para evitar que una masiva participación favorezca en primera vuelta al PP. De ocurrir tal cosa, el arrastre de diputados y alcaldes sería de tal calibre que en enero de 2012 la bancada oficial o las municipalidades verdes apenas darían color al país, lo que supondría otra debacle más al liderazgo impuesto de la señora y a sus turbios propósitos. Por tanto, todos aquellos que pensaron en la moderación del oficialismo tendrán que cambiar sus argumentos y asumir que detrás de la derrota judicial subyace toda una venganza electoral. Lo peor es la subida de tono de los discursos que puede generar enfrentamientos el día de las elecciones. Doña Sandra, desde ahora, ya no es nadie en el partido. Otro es el secretario general, otros los diputados que se distancian de ese oficialismo fracasado y muchos los alcaldes que no quieren seguir a los pies de quien ha perdido todo el poder, toda la credibilidad y, consecuentemente, el apoyo económico aunque todavía una llamada suya paraliza cualquier negociación en el Congreso. A la UNE-GANA le saldrán problemas por todas partes y deberán enfrentar un desmoronamiento que sólo el tiempo que resta hasta las elecciones dirá a qué velocidad se produce. No será fácil esta ida a la urnas. Perdida la posibilidad de optar a la presidencia es preciso salvar la infraestructura mínima para no hacer desaparecer a la UNE en el corto plazo, tal y como presumiblemente ocurrirá con el Unionismo del caudillo Arzú o el FRG del otrora general, por no hablar de una GANA que ya no sabe que hacer para mantenerse viva o de WINAP y URNG.
Es penoso ser optimista hasta el grado de perder de vista la realidad pero también no tener esperanza en que se podrá llevar a cabo la elección de forma limpia y sin violencia. Hay que estar atentos para que quien ha sido incapaz de contar con una sola sentencia judicial favorable siga pensando que el país es suyo o que representa a tal o cual colectivo “mayoritario”, cuando realmente no encarna a nadie, ya no manosea los programas que denominó sociales y aquel inexistente término de “primera dama” -que abundantemente utilizó- lo dejó a un lado por decisión propia e interesada. No tiene ningún derecho en asumir la representación de cierto colectivo que ella misma ha creado en el imaginario social y es preciso ponerla en su justo lugar. Ya ha perjudicado demasiado al país y es momento que se retire prudentemente antes de que el daño sea mayor. Mejor prepararse más seriamente y ver si todavía alguien la recuerda dentro de cuatro años ¡No querían justicia, pues ya la tienen!, ahora, a cumplir.

martes, 16 de agosto de 2011

Odia Restringi

La sentencia de la CC no admitiendo los argumentos de Sandra Torres para ser inscrita merece muchas lecturas. Jurídicamente mantiene, en parte, la línea argumentativa iniciada por el TSE y seguida por la CSJ. Es decir, se sustenta en el artículo 186 de la Constitución y establece una ligazón entre parentesco y cónyuge que facilita la interpretación de la misma y pone punto final a la discusión, porque no cabe recurso alguno que pueda modificar el criterio. Sin embargo, hace desaparecer el delito, hasta ese momento esgrimido y sostenido, de fraude de ley, lo que genera una suerte de tufillo indicador de que pudiera haberse llevado a cabo alguna negociación política para hacer desaparecer el famoso término y ¡todos contentos! De ser así, nuevamente la CC ha hecho una magistral y salomónica jugada política.
Ausente el fraude de ley, es más difícil sostener el argumento del parentesco, algo que, aunque finamente relatado y justificado en la sentencia, incita la duda de algunos profesionales. El hecho de que con anterioridad 17 magistrados del TSE y de la CSJ así lo contemplaran genera suficientes sospechas y permite concluir que para llegar a un consenso, por otra parte sorpresivo, la condición previa era desligar ambos conceptos. De lo contrario se habría evidenciado en demasía la actitud servil de ciertos magistrados que prefirieron no revelarse. Desaparecido el fraude, no hay motivo para la persecución política o penal ni a la ex candidata ni al propio Presidente, algo que fue anunciado como una posibilidad por determinados grupos. Así las cosas, todos felices como en los cuentos, aunque judicialmente pareciera que seguimos empleando complejas artimañas que poco o nada contribuyen a consolidar ese Estado de Derecho del que ahora nos sentimos orgullosos. La CC no puede ni debe hacer interpretaciones políticas ni jugar a salvarle la cara a ninguna institución, como ya ocurriera en aquel momento en qué se cesó al Fiscal General y se revirtió el proceso de elección, como una formula para evitar que quien debía asumir su responsabilidad, el propio Presidente, lo hiciera.
Este cuestionado proceso sobre una candidata debe promover una auténtica reflexión sobre el verdadero punto en que se encuentra el sistema judicial. Primero, un Tribunal Supremo Electoral al que había que quitarle lo de supremo porque hay otras instancias por encima de él. Segundo, una Corte Suprema de Justicia que tampoco lo es tal por idénticas razones y tercero, una todopoderosa Corte de Constitucionalidad que busca esas soluciones (a veces de compromiso) más “allá de la propia justicia”, con el agravante de la politización en el nombramiento de sus integrantes. Hay ejemplos de países donde la CC dejó claro que únicamente tomaría acción en temas muy puntuales de interpretación constitucional o que son parte o una sección de la Corte Suprema de Justicia, dejando el resto de amparos a otras supremas instancias que ya existen. De seguir así, y aunque sólo sea por economía de medios, es preferible cerrar instancias inferiores y dejar una única “Suprema” que realmente funcione como tal.
Falta mucho por componer y estas lecciones aprendidas deben servir como base. Por cierto, cosas por reformar en la Constitución y que según el artículo 277 pueden hacerlo todos aquellos que piden que otros lo hagan, como son el Presidente, los Diputados o la propia CC. Si no actúan es porque prefieren seguir como hasta ahora ¡Al tanto!

martes, 9 de agosto de 2011

De Evita a López

Los sucesivos varapalos a Sandra Torres y sus secuaces por intentar violentar la ley, ha hecho que la infructuosa y estéril estrategia de campaña evolucione hacia otra alternativa que pareciera nunca previeron. En vista de la dificultad que representó para la CC dictaminar a favor de la inscripción, contra la decisión de otros altos tribunales, deben planificar de forma diferente el futuro de la coalición. La nueva maniobra consistiría en llamar a las puertas de ese constructo denominado comunidad internacional. De momento los europeos y los hermanos del norte no han prestado mucha atención y es que Occidente no tiene tiempo para cuestiones domésticas ni mucho menos ganas de abordar problemas íntimos cuando en casa no encuentran la solución para superar la crisis griega o el peligro de la default norteamericana. En vista de lo cual, los sesudos asesores UNE parecen centrarse en un grupo de países latinoamericanos, de esos que gustan del socialismo del siglo XXI, y que, presumiblemente, terminarán por acuerpar los alegatos de la dama y su séquito. Si hace siquiera un año la comunidad internacional era “más favorable” a una mujer candidata que a un general presidenciable, tras el ruidoso y amañado divorcio -que se analizó en todas las cadenas de TV y figuró como noticia en cientos de medios escritos- casi ningún país occidental apoyará la violación de la ley y dará la razón a la aspirante, aunque siempre encontraremos alguno dispuesto a ello en América Latina.
Del populismo ruidoso y ensalzador de masas, y tras la pobre actuación dramática hollywoodiana ante la CC, el oficialismo puede pasar a desconocer el proceso electoral y ocupar la plaza de la constitución con acarreados, tal como López Obrador hiciera en la última elección presidencial mexicana, sin descarta el autoexilio de la candidata, ahora que se descubre el dinero que salía hacia Panamá. Una patochada que dejará en evidencia al propio gobierno de la UNE que, de ser así, se proyectará ante los medios internacionales (a quienes concede exclusivas) como incapaz de asegurar un proceso electoral transparente y fiable. La estrategia que usen se volverá en su contra, como viene ocurriendo en los últimos meses.
La democracia, lejos de ser “el gobierno de las mayorías”, es un sistema de gestión política que no debe vulnerar los derechos de nadie, por lo que no puede aceptarse, bajo ningún pretexto, argumentos que supongan violar la ley. Por tanto, aunque un millón y tanto de firmas avalen una propuesta (incluso si fueran varios millones), no es aceptable otro razonamiento que no sea el respeto a la legalidad. De lo contrario, esa “mayoría” terminaría, como ocurre en Venezuela y Cuba, por expropiarle su casa, su negocio o enviarlo a la cárcel. Es lo que se ha venido en denominar la dictadura de la mayoría, propia de regímenes con alto grado de absolutismo y de presidentes déspotas que apañan todo el sistema para perpetuarse en el poder. Habrá que ver, por tanto, qué países, qué embajadores, qué organismos y quienes a fin de cuentas apoyan y sustentan la candidatura de una persona rechazada por todas las altas instancias judiciales del país. Veremos la catadura moral de quienes así obran y tendrán que salir del closet los que promueven la fuerza y la presión por sobre la ley, aunque en el discurso público no siempre sean coherentes con aquello. Esto es un momento histórico para el país, pero también para otros muchos “amigos”.

lunes, 1 de agosto de 2011

En nombre de Dios

Tengo esperanza de que un día se superará esa fea manía de emplear el nombre de Dios en vano y de usarlo para justificar cosas que no sabemos (o queremos) hacer o definir con claridad. El hecho de que la propia Constitución comience “invocando el nombre de Dios” -sin especificar de qué Dios se trata, qué confesión sustenta o si facilitó Su consentimiento para incluirlo en aquella asamblea constituyente- permite que esté presente en demasiados temas nacionales y mundanos. Hubo un jefe de policía que oraba los fines de semana, en lugar de trabajar, para que la seguridad marchase mejor, sin darse cuenta de que Dios no iba a hacer los planes por él, aún incorporándolo forzadamente a la planilla de la PNC. De similar forma, demasiados discursos políticos terminan con esa frase estampillada de “Dios les bendiga” dejando la “figura” divina como cierre de una arenga frecuentemente plagada de despropósitos, cuando no de manifiestas mentiras.
Este proceso electoral corrobora lo anterior con una candidata que parece elegida por Él y no por las bases del partido. Incapaz de articular una propuesta política medianamente coherente, se despacha con arengas donde los diez mandamientos, la voluntad divina o la perorata son la forma en que propone salir de la debacle en que andamos metidos. En sus mítines la piedad, la aflicción y la sumisión al Supremo Ser están siempre presentes y priman más las plegarias, como fórmula para arreglar las cosas, que los planes, la observancia de las normas, el respeto o la justicia. Un “programa electoral” del que nada conocemos y que está anclado al cielo y asociado a tan Alta Autoridad que de vez en cuando parece que conversa y hasta delega algo en ella. La candidata oficial no se quedó al margen y también imploró a Dios que ilumine a los magistrados, en su beneficio.
Cuando el ser humano no tiene fe en sí mismo, independientemente de la creencia religiosa que profese, las cosas no funcionan. No es voluntad de Dios la falta de trabajo, que se muera alguien a quien amas o que pierdas a un hijo. Suele ser más producto del abandono, de la falta de chequeos médicos oportunos o de casualidades difíciles de predecir. No está Dios por ratificar con sus acciones las cosas que los humanos terminamos por prefabricar producto de intereses personales o incapacidad intelectual, entre otras variadas deficiencias, cuando no de orgullo o soberbia desmedidos. A Dios lo que es de Dios, dice el escrito bíblico, por lo que deberíamos trasladarlo a la esfera privada, al “yo” personal y profundo, a la intimidad de cada cual. La ruptura iglesia-estado en Europa supuso un importante punto de inflexión digno de estudio, aunque aquí no ha llegado y todavía perdemos tiempo en profundos debates jurídico-políticos, especialmente en época electoral. Si pedimos ser libres porque creemos en la libertad, debemos ser responsables de nuestra propia salvación o condena. En vez de quejarnos continuamente, hagamos más por salvarnos a nosotros mismos y no continuemos poniéndonos en manos de Dios para que “según su voluntad” funcione el día de hoy y el de mañana. Muchos menos, aceptemos a ciegas sesgadas interpretaciones de clérigos fariseos que buscan protagonismo político o hacen de Dios un militante de la izquierda radical. Quienes así actúan es preferible que dediquen más tiempo a mejorar sus ineficientes propuestas y mediten muy profundamente sobre el uso en vano que hacen continuamente del nombre de Dios.