El
verdadero instrumento del progreso radica en el factor moral. (Mazzini)
Mas de
cincuenta inútiles votaciones de elección de presidente realizaron los
magistrados de la CSJ para cambiar bruscamente el criterio. Escondían necesariamente
alguna razón. Al menos dos operadores políticos oficialistas y un general
consorte, antecedieron al propio Presidente quien finalmente tomó las riendas
del asunto y zanjó la discusión. Cuentan que hubo promesas a dos de los actuales
integrantes de la CSJ quienes se presentarán para magistrados del TSE y otra podría
ser designada Fiscal General. Dos más, fueron untados con un su milloncejo cash y otros serán reelectos para
continuar retardando reclamos judiciales de procesos electorales, como ha sido
el caso del diputado de la URNG que ha esperado dos años para tomar posesión de
su curul o el de un diputado cuestionado -del partido oficial- al PARLACEN cuyo
expediente de impugnación está intencionalmente varado. Tardan años en sustituirlos
y esos favores deben de agradecerse. Por último, el magistrado “B” asociado con
un número de mala suerte, continuará disponiendo de la friolera cantidad de
diez vehículos oficiales -¿narco o coleccionista?- aunque el pasado año tenía
trece ¿Quiénes los usarán y por qué permiten que dilapide recursos:
combustible, conductores y escoltas? Todos ellos son, directa o indirectamente,
beneficiarios del pacto político-jurídico.
Desde
la más alta magistratura pareciera que se han forzados casos, como la falsa
denuncia realizada por la registradora de la propiedad contra los jueces de la
Sala Tercera del ramo Civil (¡mis respetos!) al no plegarse a directrices
supremas; la destitución -por presiones- de una asesora legal del INDE esposa
de un magistrado no sometido; la contratación sorpresiva del director de la
escuela judicial, a pesar de que no habían elegido a nadie por no calificar
suficientemente los candidatos y el despido del jefe de seguridad. Los últimos sucesos
en ese corto lapsus de tiempo del periodo de presidencia temporal.
El
partido en el poder configura su estructura judicial sobre tres pilares: MP,
CSJ y TSE. No importa lo que tenga que hacer, a fin de cuentas ¿a quien carajo
la importa la justicia en este país? Seguimos con el habitual “todo vale” y la
separación de poderes es una entelequia para guardar la forma y separarnos de
Cuba, Venezuela o Nicaragua. Se trata de llegar y mantenerse en la poltrona
para posteriormente proceder a la rentabilización canalla. Se aprueban
préstamos cuyo fin se desconoce, se paga o compran voluntades y se prostituye
la política y la justicia. Todo pareciera tener un costo, justificado mediante
escusas de que con otros estaríamos peor, aunque “los otros” harían lo mismo
con idéntico argumento. Perdidos los principios -si alguna vez existieron- todo
vale en los partidos políticos, dentro o fuera de ellos. Así cuando se iba a anunciar
desde Mixco la candidatura presidencial del PP se produce la captura de Barreda
que opaca al oficialismo en beneficio de otro actor que no quiere perder
capacidad de negociación y cada semana hace su campaña mediática.
Esto se
puede denominar de muchas formas, pero en modo alguno es política, justicia ni
comportamiento ético. Cada quién, a cómo
de lugar, jala la pita de su lado y embarra un poco. Detrás de todos ellos, el
crimen organizado pendiente de los sobrevivientes de esas pérfidas justas donde
la puñalada por la espalda es la más noble de las acciones, para luego
apoyarlos. Si antes la política era una basura, ahora habrá que buscar un
calificativo también para la justicia !Ah! y todos los actores tienen nombre y
apellidos.