Entradas populares

lunes, 27 de mayo de 2024

Demasiados tallos de la SEMILLA

Dos mujeres incluidas en el gobierno inicial y presentadas como “éxito de paridad”, son sustituidas por perdida de confianza por parte del Presidente

A la SEMILLA le germinaron demasiados tallos. Aquel “escándalo” del uso del vehículo oficial por parte de la hija de la entonces ministra de Ambiente -primera discrepancia manifiesta en redes entre autoridades de gobierno-, se une la reciente destitución -sin más explicaciones que las justas- de la ministra de Comunicaciones. Dos mujeres incluidas en el gobierno inicial y presentadas como “éxito de paridad”, son sustituidas por perdida de confianza por parte del Presidente, apenas unos meses después de su nombramiento.

Sin embargo, no es el único frente interno del gobierno. También ha dado quebraderos de cabeza -y sigue dándolos- el ministro de la Defensa, quien quiso ascender a sus cuates de promoción sin contar con los requisito legales para ello, y ahora prosigue con la estrategia de designación de agregados militares que tampoco cumplen los requisitos del tiempo de servicio, y además, por orden interna inesperada del pasado martes 21, les impide regresar al país hasta pasados seis meses desde su llegada al destino. La realidad es que prefiere tenerlos lejos para que no le den problemas, sin sopesar que se los darán antes de irse, porque al menos cuatro de ellos ya han dicho que nell, y que prefieren no salir en esas condiciones.

Casi olvidado y perdonado por devotos progresistas, hay que sumar el fotógrafo presidencial que nos cuesta Q30,000 mil mensuales de nuestros impuestos -aunque solicitan incremento presupuestario porque no llega¬- y el pago a los jóvenes contratados a dedo por ser hijos de o propagandistas del partido. No quitemos las cosas “menores” porque pecando por lo pequeño, se termina aceptando lo grande sin pudor alguno.

Por si lo anterior fuera poco, China Popular toma acciones contra los productos nacionales exportados a aquel país por haber mostrado afinidad con el gobierno de Taiwán. El uso de la geoeconomía por parte de los chinos no es nada nuevo. La diplomacia del dólar -aprendida por cierto de los USA- es el arma más empleada por los chinos comunistas. Compran, prestan o “donan” los millones que haga falta, siempre que se les conceda lealtad exclusiva. Una suerte de prostitución política que demasiados aplauden sin advertir las consecuencias a largo plazo. Otros, “más sesudos”, hablan de un enorme mercado por el que hay que apostar, y no por Taiwán, excluyendo la variable de que no tenemos capacidad de producir más que una determinada cantidad. y que por lo tanto lo mismo nos da un mercado de 40 que de 1,500 millones, porque al final solo podemos suministra cantidades limitadas de ciertos productos. Finalmente, los que se dan baños de pureza olvidan que negocian con autoritarios que no practican principios de certeza jurídica, respeto a contratos, compromisos o sistema judiciales y sociales que permitan reclamos, porque es el dictador y sus amigos quienes toman las decisiones a capricho.

En resumen: nada se había hecho desde el gobierno y ahora las condiciones se ponen más difíciles para hacer algo, sin contar las maquinaciones en un Congreso que vacaciona o los apaños de los mafiosos de turno para cuando haya que renovar el sistema de justicia.

A estas alturas no se si el gobierno no sabe, no quiere, no puede o no se entera, pero si evaluamos los resultados parece que cualquiera de las posibilidades indicadas -o todas- están en la ecuación. Más preocupados por las formas que por el fondo, dicen a diario querer seguir avanzando sin que los resultados lo muestren. El dengue declarado y el pacto sindical magisterial dan color al arbolito que crece torcido y no se sabe muy bien qué dirección toma.

lunes, 20 de mayo de 2024

¿Ascensos militares legales?

Hace años que los militares guatemaltecos dejaron de pensar en “golpes”, como algunos malinformados o malintencionados sugieren

La obediencia y la subordinación son virtudes fundamentales de la condición militar. Sin ellas es imposible conformar una institución como la castrense. La primera tiene límites impuestos por la legislación que desterró la obediencia debida como una eximente en la línea de mando; la segunda no representa, en modo alguno, la sumisión al superior, sino la aceptación voluntaria y graciable de una dependencia virtuosa.

Hace años que los militares guatemaltecos dejaron de pensar en “golpes”, como algunos malinformados o malintencionados sugieren; caso contrario,  hubiésemos visto muchos por los innegables malos sabores de gobiernos pasados. Hay demasiada calidad humana, moral, ética y académica entre sus integrantes para perder el tiempo en mezquindades, aunque ninguna institución es perfecta y encontramos granujas en todas partes. Son más numerosos -e infinitamente más peligrosos- los abogados, agrupados en torno a lideres mafiosos y corruptos, que todo el Ejército de Guatemala. En cambio, votan y eligen magistrados, mientras los militares son ignorados en su participación política como ciudadanos ¡Otra vileza que no superamos!

Pero por ideología o falta de conocimiento, algunos continúan rechazando al ejército, a pesar de ser la institución que interviene en mayor cantidad de situaciones peligrosas, plus del que la mayoría de los ciudadanos rehúye. Somos una sociedad hipócrita, incapaces de reconocer virtudes de las que demasiados carecen, pero si utilizar tiempo para desmeritar la labor de los uniformados ¡Nada nuevo aquí o en otras partes!

Los políticos tienden a rodearse de militares afines, producto de su capacidad debido a una vasta preparación, y este gobierno no ha sido la excepción, pero no es de recibo ascender al grado superior sin contar con los requisitos legales interpretando perversamente la claridad de la letra, porque se quiebra la institucionalidad y se demerita el trabajo de quienes si cumplen. No es un tema de mujeres promovidas o de machismo -como ciertos amarillistas comentan- sino del incumplimiento de lo que la ley constitutiva señala palmariamente, y eso es muy grave. Tampoco es de recibo que una promoción ocupe la mayor parte de los puestos de comando y dirección, sobre todo cuando no todos cuentan con las competencias requeridas, porque además del riesgo que representa, incide gravemente en la jerarquía, en el equilibrio de poder institucional y en la meritocracia, que dicho sea de paso este gobierno se jacta de aplicar.

El ejército ha sido políticamente mangoneado. Lo han puesto a fabricar pupitres, plantar árboles, repartir bolsas solidarias o atender las emergencias que los políticos han considerado, al carecer de las instituciones pertinentes para ello, y haciendo el trabajo de todos. Tampoco, como comentó el diputado Samuel Pérez, está encargado de generar inteligencia estratégica para cuestiones de narcotráfico, para eso, según la ley vigente, está la DIGICI y la SIE, claro que criticar a esas instituciones sería tirar piedras sobre su propio tejado.

Es una lástima que la ciudadanía no se acerque a conocer a sus ejércitos, su doctrina y filosofía, aunque por principio de defensa nacional estemos obligados, y se difundan comentarios carentes de sustento y objetividad. Demasiados frustrados y escocidos que continuamente arremeten contra una institución que salva decenas de vidas cada año, saca las castañas del fuego y es empleada en aquellas ocasiones de especial riesgo y fatiga, de las que otros huyen.

Los oficiales que se sientan vulnerados en sus derechos están obligados a reclamar judicialmente para que se observen las leyes establecidas, porque la corrupción que dice el gobierno combatir es algo que tiene que aplicarse a sí mismo, y no justificar la inobservancia de principios legales porque “el momento” así lo aconseja, que es como se justifican las mayores aberraciones.

lunes, 13 de mayo de 2024

Israel y la política exterior nacional

Guatemala debió de abstenerse en esta ocasión, y no porque Palestina no merezca un Estado propio, sino porque Hamas mantiene secuestrados a ciudadanos israelíes

Hace pocos días, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución por la que exhorta a la plena incorporación del Estado de Palestina. Si bien hubo una mayoría de 143 votos favorables, no es menos cierto que países como Alemania, Canadá, Reino Unido, Suecia o Suiza integraron el grupo de los 25 que se abstuvieron. Guatemala formó parte de aquellos que aprobaron la resolución, después de que, días antes, se decidirá en el Consejo de Seguridad -por el veto norteamericano- no otorgar el estatus de miembro de pleno derecho. Esta decisión de la política exterior guatemalteca puede provocar cierta incomodidad con sus principales aliados ¿Qué se pudo -o debió- haber hecho y por qué?

El conflicto actual de Israel no lo es contra Palestina, sino que enfrenta a Hamas, un grupo terrorista yihadista que “escapa al control de la Autoridad palestina” y que tiene claro que la acción violenta contra el Estado judío y la desaparición de aquel son dos de sus principales objetivos. Meses atrás, mostró precisamente esa forma extremadamente violenta de actuar, con el brutal asesinato y el secuestro de decenas de personas.

Aunque la resolución 181 de la ONU divide el territorio en dos estados y una zona bajo régimen internacional particular -lo que otorga un derecho histórico a los palestinos- el actual momento no es adecuado para resolver lo que no ha sido posible desde hace décadas. No parece prudente debatir sobre un problema de esa magnitud mientras se mantienen secuestrados a ciudadanos israelíes, lo que representa una amenaza y la consecuente coerción de los terroristas para generar una respuesta internacional. Quizá por eso, países como los antes citados, decidieron abstenerse de la votación, al tener presente el ambiente actual más que los derechos históricos que habrá que respetar cuando el conflicto concluya, algo posible si el grupo terrorista Hamas liberase a los rehenes. Israel tiene una memoria histórica muy presente sobre los asesinatos llevados a cabo por un comando del grupo palestino Septiembre Negro, cuando asaltó la Villa Olímpica de Múnich 72, y hará todos sus esfuerzos por liberarlos. 

Un país debe de dar varios mensajes con sus políticas. Uno, que no se negocia con terroristas bajo ningún concepto. Otro, que está dispuesto a liberar a sus ciudadanos de cualquier injusticia independientemente del lugar en el que ocurra. Pocos lo hacen, y eso no es otra cosa que proyectar capacidad de disuasión y generar confianza en el Estado al que se pertenece.

Guatemala debió de abstenerse en esta ocasión, y no porque Palestina no merezca un Estado propio, sino porque Hamas mantiene secuestrados a ciudadanos israelíes, y en esas condiciones no se puede negociar ni conceder ventaja. Sin embargo, se dejó llevar por esa dinámica internacional que juega con ciertos sentimientos y valores progresistas, mientras obvia los principales que no son otros que defender los intereses de sus ciudadanos, especialmente la vida. Además, sus principales socios en América -los USA- y algunos de la UE votaron de forma diferente, por lo que posiblemente hubiese sido de mayor interés nacional pensar el voto emitido, para el que no había presión interna.

En el escenario internacional estas “pequeñas” cosas son las importantes a la hora de ser considerado socio fiable, lejos de las visitas de cortesía con las que dicen que se generan mejores dinámicas de percepción y se fomenta la multilateralidad. En estos momentos es cuando hay que demostrar con quien se está y el grado de coherencia de la política exterior, pero cuando la interna no termina de arrancar, parece que la otra sigue sin diseñarse.

lunes, 6 de mayo de 2024

El Congreso a los leones

Clavaron la estaca y se sentaron en ella, y aquella aberración jurídica la padecemos hoy, pero hay miedo a identificar quienes tienen realmente la culpa

En su mensaje a la nación, el Presidente anunció el envío de un proyecto de ley al Congreso para modificar las condiciones de remoción del Fiscal General. Está en su derecho constitucional de hacerlo y la confrontación que mantiene con el Ministerio Público ahí lo conduce.

Reconoce el Presidente, implícitamente, que la modificación que se hiciera para proteger a Thelma Aldana -con presión de CICIG, parte de la comunidad internacional y la aquiescencia de los congresistas- fue una absoluta y condenable equivocación, aunque no se atrevió a decirlo, para no quedar mal con los promotores, pero las razones que expuso para la actuación que justificó son exactamente las opuestas a las utilizadas por la anterior FG para cambiar la ley en su momento. Clavaron la estaca y se sentaron en ella, y aquella aberración jurídica la padecemos hoy, pero hay miedo a identificar quienes tienen realmente la culpa ¡Se tenía que decir…!

Así las cosas, aún queda mucho camino por recorrer. De entrada, el receso en el que entrará el Congreso en unos diez días aumenta la presión sobre los legisladores, o puede dilatar la decisión. Después, habrá que debatirse y conseguir los votos necesarios y, finalmente, ver si la norma puede ser aplicada retroactivamente. Eso por no contar los amparos, inconstitucionalidades y otros artilugios legales que pueden plantearse en el camino. No lo veo fácil, pero si una vez fueron capaces de retirar más de cien visas, pueden volver a hacer otra intervención parecida. El Presidente ha echado a los leones a los diputados, y desistido de aquella otra vía de legalidad cuestionable que era la consulta popular.

Lo cierto es que hay una crisis institucional y debe de resolverse institucionalmente, y la guerra ya se ha declarado ¿Qué vendrá a partir de ahora?, pues está por ver porque seguramente la FG no se quedará de brazos cruzados, de hecho ya emprendió acciones ante la CC contra lo que intuyó se le venía encima. 

El tiempo corre respecto de la configuración del poder en el Congreso y va paralelo al proceso electoral norteamericano. No es lo mismo un gobierno USA de demócratas, Biden en concreto, que uno de republicanos, Trump en particular. La actual administración sabe que le puede quedar poco y, junto con la diáspora nacional, planifican una serie de acciones con el objetivo de cambiar las cosas, aunque realmente -tampoco nos engañemos- el fin es controlar el poder desde el MP, cosa que hicieron por años y de pronto se les volteó la tortilla. Los mismos de antes, ahora con diferentes estrategias.

En la propuesta, se introduce un párrafo -el b)3- que permite la discrecionalidad presidencial en la apreciación de lo que en el mismo se indica, lo que retornará el debate, nuevamente, a 2015, y permitirá la discrecionalidad porque únicamente hay que justificar -y eso se hace rápidamente- lo dice la norma: “… denote falta de debida diligencia, o incumplimiento de las funciones y atribuciones que la Constitución Política de la República de Guatemala y las leyes le establecen para el ejercicio de la acción penal pública…” Aprendimos poco, y seguimos arreglando los asuntos legales en función del momento, el gusto o las necesidades, jamás de forma objetiva, coherente y racional.

Lo que ocurrirá a partir de ahora es impredecible. La propuesta puede no ser aprobada por el Congreso y el Ejecutivo perderá más popularidad, y si ocurre lo contrario, vendrá una lucha legal en la CC. O quizá una tercera vía, de esas sorpresivas con las que acostumbran a doblegarnos, aunque aplaudimos o condenamos según nos venga.