“El verdadero odio es el desinterés, y el asesinato perfecto es el
olvido.”
El fin de semana volvió a evidenciarse lo que algunos hemos venido
comentando y otros ocultando. Grupos terroristas ejercieron la violencia en
Santa Cruz Barillas haciendo lo que mejor saben: matar. En esta ocasión un
soldado desarmado originario de El Quiché fue asesinado por cobardes habituales
bendecidos (cuando no sutilmente alentados) por obispos fariseos y amparados
por dizques defensores de DD.HH. y activistas carentes de vergüenza, conciencia
y decencia. Como aquellos, son terroristas en grado de cómplices, aunque el MP los
exculpa o hace la vista gorda como ha sido habitual en esos sucesos. La
detención el fin de semana de varios maleantes con diversos antecedentes fue
contestada con revueltas y violencia
dirigidas a su liberación, y lo consiguieron.
El pasado año ocurrieron incidentes suficientemente graves como para
que hubiesen adoptado medidas concretas que evitasen su repetición. Sin embargo,
se soslayó el procesamiento por secuestro, rapto y agresiones muy graves a
quienes vapulearon a soldados en un destacamento militar apropiándose de su
armamento y se cesó a la fiscal que intentó procesar a algunos culpables, por
cierto del entorno de organizaciones que frecuentemente hablan de la
criminalización de la protesta social, en lugar de hablar de criminales que
generan protestas sociales. La fiscal fue trasladada -y sufrió un atentado que
casi le cuesta la vida- y los casos se transfirieron -tras reducir la
acusación- a fiscales más dóciles. Ágilmente se detuvo a quien se sindicó de haber
dado muerte a un campesino, aunque el tribunal lo absolvió recientemente de ese
cargo porque al fallecido le habían disparado por la espalda y no de frente, lo
que sugiere que fue muerto por quienes estaban detrás de él. Sigue faltando el
criminal que asesinó a una persona y ahora se agrega a la lista otro nuevo. En
ambos caso no se hará lo suficiente porque parece ser la consigna
ideológico-oficial.
No existe el concepto pobladores o población en lucha. Es una mentira
repetida por loros sicarios. La verdad es que hay grupos de mafiosos
delincuentes que roban electricidad y la venden a sus conciudadanos; ocupan
fincas, las parcelan y alquilan a campesinos; obligan a pobladores a que acudan
a manifestaciones o les cobran multas; agreden a quienes trabajan para ciertas
empresas o asesinan amparándose en ese prefabricado e inexistente concepto. Se
escudan detrás de ONG´s y organizaciones sociales, campesinas, ecologistas,
etc., y son protegidos por columnistas y activistas radicales que pretenden
socializar el mundo a pesar del fracaso estrepitoso político y económico de esa
ideología. Cobardes que no dan la cara y actúan desde atrás, mientras sobreviven
con fondos que reciben de donantes inescrupulosos o asisten en el extranjero a
reuniones donde miente una vez tras otra. Ante la frustración de haber sido
desenmascarados, continúan su activismo mercantilista provocando continuamente
y desdiciendo de la justicia cuando no le es servil en las sentencias. Para
ellos justicia es sinónimo de veredicto a la carta porque de lo contrario no
les retorna el dinero esperado.
Este país tiene más asesinos, terroristas y mafiosos que aquellos que
son detenidos por la PNC. Mucho matón de cuello blanco protegido por abogados,
diplomáticos y religiosos tramposos. Criminales que han pasado de alentar a la
gente para que se tire al monte a caldear los ánimos rurales. Son los cobardes
que nunca tuvieron valor para combatir y dar la cara pero que continúan
engañando a ciudadanos honrados ¿Qué hacer?: evidenciarlos, para que no sigan
destruyendo.