Hay demasiadas similitudes entre Colom y Arévalo respecto de su actuar, la personalidad poco contundente, el ejercicio del poder de otros desde la sombra
Puede ser coincidencia de personalidades o característica asociada a ideologías de izquierda progresista, pero hay un cierto parecido entre los “gobiernos” de Colom y de Arévalo. En ambos hubo decisiones y contra decisiones casi instantáneas; en los dos necesidad urgente de dinero para “proyectos sociales”, y lo más marcado: dejadez del poder en beneficio de otros.
Cuando un político cambia una decisión al poco de tomarla, algo no está bien. Recordemos que la exministra de ambiente no iba a ser cesada por el Presidente -un viernes- y la presión en redes sociales de su vicepresidenta hizo que el lunes siguiente estuviera en la calle. También ocurrió con la exministra de comunicaciones, cesada por no admitir los planes de pago que pactó el ministro de finanzas con diputados -ambas asociadas al sector privado-, y no digamos la revuelta que generó el anuncio presidencial de la alianza público-privada para el aeropuerto. Al día siguiente tuvo que explicar que quizá eso será una realidad dentro de cinco años, cuando ni siquiera gobierne. Decisiones que se cambian o que son “sugeridas” por otros que cuentan, como aquella Sandra Torres, con poder tras bambalinas.
Sobre el dinero que necesitan está definido en esa ampliación de Q14,500 millones -que siguen sin llamarla como tal- para negociar y repartir, y que se justifica para pagarle a los exmilitares, apagar incendios, reparar desastres o, últimamente, para financiar las condiciones adecuadas en el aeropuerto y establecer la APP anunciada, aunque extendida en el tiempo.
Hay demasiadas similitudes entre Colom y Arévalo respecto de su actuar, la personalidad poco contundente, el ejercicio del poder de otros desde la sombra -porque quien lo tiene que ejercer duda o es débil- y el reparto de dinero discrecionalmente. Sin embargo, hay algo diferenciador en ese análisis comparativo: en la UNE mandaba una sola persona y en esta administración son varios los que deciden, lo que hace el tema mucho más complejo y disperso, independientemente de hacía donde pretenda apuntar la brújula.
El ministro de Defensa ha tomado su parcela de poder, e intentó hacer varias barrabasadas que le impidieron; el de Finanzas la dirección y coordinación de la política y las relaciones ejecutivo-legislativo, ya que parece que nadie lo sabe hacer; la Vicepresidenta algunos temas relacionados con esas políticas transversales de moda, especialmente la medioambiental ¿Quién pudo tomar las fotos de la hija de la exministra de ambiente utilizando el vehículo oficial y luego filtrarlas para cesarla? Hay que esperar unos días, igual se esclarece el panorama en breve.
Al Presidente le han instalado una rosca de asesores -eso no es nada nuevo- quienes toman las decisiones o fuerzan a tomarlas, y que están interesados por el poder para colocar a ciertos peones en lugares clave -por ejemplo en el MP cuyo candidato ya suena en ciertos círculos- aprovechando que al propio Presidente no le interesan los asuntos de gobierno. Estoy seguro de que ambos -Colom y Arévalo- hubiesen sido buenos jefes de Estado, representando a Guatemala, pero ambos fueron/son mediocres jefes de Gobierno, porque fueron/son buena gente y a ninguno le interesó/interesa el poder.
En la medida que avance el tiempo de estos cuatro años primaverales, aparecerá el otoño -que ya marchita algunas hojas- y luego vendrá el invierno, y nos iremos dando cuenta de quienes realmente mueven esos hilos que muchas veces aparecen como despuntadas en descosidos, y que no se entienden.
Ahora al menos no está Castro en Cuba para otorgarle la orden del Quetzal y que no lo reciba, como si le pasó al difunto y a su manipuladora pareja.