Lo que no puede ser, no puede ser y
además es imposible
Hacía tiempo -de hecho
no recuerdo la última vez- que no paseaba por Madrid con rumbo perdido. Tengo
la ventaja de poder abstraerme de los monumentos, de las tiendas y de asuntos
que llaman la atención al primerizo porque los he visto cientos de veces. Me
centre, en esta ocasión, en lo que suele pasar desapercibido cuando los
sentidos se entretienen con otros eventos: en las personas. Intenté descifrar rostros
demacrados, miradas perdidas y actitudes crispadas. De inmediato recordé mi
visita a Buenos Aires en 1999 en el preámbulo de la crisis económica de la que
Argentina parece no haber aprendido nada, y muchos otros países tampoco. Gente
deambulando, desencantada, desconfiada, dudosa del futuro inmediato y sin
convicción de que todo puede mejorar. Suele ser el análogo inicio de muchas
crisis.
Observé más mendigos que
de costumbre -con el agravante de que algunos no llegaban a los 40 años- que se
tapaban con un cobertor y ponían un letrero de esos que pretende transmitir la
lastima que la cara refleja. Me adentré en la céntrica calle Montera donde
hasta la prostitución -marcada en cada esquina- transmitía una clara
preocupación. En la zona, decenas de compradores de oro, de relojes de marca y
de joyas, atendían la demanda de personas que cada vez más empeñan cosas
personales. Madrid es la capital de un desencanto nacional generado en el
último decenio por gobiernos inescrupulosos -votados por ciudadanos
irresponsables- que se endeudaron hasta límites insostenibles y cuya actuación
refleja hoy ese panorama descrito. Los indignados -desaparecidos de las calles-
lejos de comprender el problema, desean sumarse como grupo de presión que
también quiere vivir del presupuesto del Estado ¿Por qué unos si y otros no?,
es la pregunta que no terminan de responderse dos generaciones perdidas y
educadas en esa "filosofía" nacionalista y pedigüeña. En lugar de
preocuparse porque todos seamos iguales -sin privilegios- buscan la manera de
pertenecer a grupos subsidiados !No entendieron nada! El sistema se mantiene
(en parte) con la economía informal a la que han migrado demasiados, lo que
permite atestar al atardecer los bares de tapas sin importar el día de la
semana.
Los gobernantes
manipuladores, ladrones, inútiles o corruptos provocan graves situaciones que
se manifiestan después de haberse retirado con su cuenta repleta. España paga
la factura de gobiernos socialistas -y de oposición irresponsable y poco
contundente- que prefirieron apostar por el gasto desmesurado y la alta presión
fiscal, exactamente lo que aquí quieren vendernos ahora asesores desfasados que
cobran millones por implementar un modelo probadamente desastroso. La deuda
española -y otras europeas- alcanza cifras incompresibles y ha servido para
construir aeropuertos en los que no aterriza un solo avión, campos de fútbol a
medio terminar y centros de entretenimiento y convenciones que apenas ofrecen
el cascarón pero cuyo interior está abandonado o sin finalizar, entre otros
despropósitos. Documentadas investigaciones fácilmente muestran infraestructura
inservible por más de 10 mil millones
de euros, además de inciertas deudas de administraciones autonómicas y municipalidades
amenazadas de intervención por el gobierno central. Desconozco que aprenderemos
de todo esto, pero el espectáculo está servido. Allí se habla de recorte, aquí
de más gasto, aunque una cuarta o quinta parte del presupuesto es pura tiradera
de dinero en privilegios, sin contar la corrupción y la ineficiencia -cuando no
incapacidad- en la gestión ¿Nos lamentaremos con el tiempo? !Brutos hay que
ser, si eso ocurre!