Los que dejan al rey errar a
sabiendas, merecen pena como traidores (Alfonso X el Sabio)
Diversas bancadas comienzan a desmoronarse. Tras el fracaso electoral
de algunos partidos, diversos diputados y alcaldes buscan afanosamente un clavo
ardiendo adonde agarrarse huyendo de la persecución judicial y ciudadana contra
la corrupción, iniciada el pasado mes de abril.
Los primeros en poner pies en
polvorosa han sido los de LIDER, como era de esperar. Al desvincularse Baldizón
del partido (huir es más correcto) y arraigar un juez a su vicepresidenciable
Barquín, pusieron sus barbas en remojo los diputados Echeverría, Rodas (Nery y
Natán), Giordano, Pérez, Barrios y Barcarcel y sus colegas femeninas Pineda y
Canastuj, “leales” al partido no hace
mucho. Algunos defensores acérrimos del proyecto, se desligaron rápidamente el
mismo día de las elecciones. “Migrantes ilegales” de uno a otro partido que
atesoran records de transfuguismo como el dipukid
Giordano o el alcalde Escobar, de Villa Nueva ¡Atentos a donde se irán!
Los medios de Baldizón acusaron a esos “honorables” de tránsfugas, de enriquecimiento
ilícito, de tener nexos con el narcotráfico, etc. Olvidaron, sin embargo,
denunciarlos al MP, quien debería proceder contra el partido y las personas de
ser cierto todo eso, pero especialmente no explicaron la razón por la que fueron
incluidos por el partido en listas para diputados si conocían ese historial
delictivo que revelan apresuradamente ¿Cuántos más hay electos en idénticas
condiciones? Como no son partidos políticos sino maras delincuenciales,
terminan depredándose unos a otros y fagocitándose en la medida que tienen que
sobrevivir, mientras promueven disputas de lupanar, más que peleas de gallos.
Muchos de "nuestros representantes”
son una deshonra para la política, una carga para el país y una vergüenza para
la humanidad. Ausentes de cualquier moral, adaptan sus ambiciones a las
exigencias del momento y venden su alma -de honor carecen- al mejor postor, a
quien traicionan a la primera oportunidad, igual que a los votantes. En las
redes sociales, llenan sus páginas con himnos y frases grandilocuentes o alaban
a Dios y destacan el “amor por el pueblo”, mientras confabulan en la oscuridad
a quien arrimarse para beneficiarse personalmente, ensalzar su ego, su ambición
y engordar sus arcas. Son mercenarios de la política, depredadores de lo público
y farsantes profesionales.
Una sutil mezcal de muchachitos
irresponsables que quieren jugar a ser hombres en la política, cuando apenas
saben cambiarse solitos los calzones, y bucaneros del siglo XXI que navegan con
bandera de pendejos y prácticas de “lealtad” inusuales, incluso, en crueles
maras o mafias despiadada, en las que un mínimo sentido del honor y de ciertos
valores impiden esas actitudes mercenarías que se observan en la política
nacional. No es de extrañar que el general Baldizón (subteniente en reserva
realmente) perdiera la batalla electoral que alentaba desde “su sala de guerra”
en la conversación que le filtraron sus “leales” soldados. En el fondo,
mercenarios acostumbrados al copy-paste que
como buenos analfabetas nunca leyeron a Sun Tzu y no entendieron nada de
guerra, mucho menos de lealtad, honor, entrega, sacrificio y otras cuestiones
similares que le sonarán a chino, nunca mejor dicho.
La reacción ciudadana hará que
todo esto cambien progresivamente y que la justicia actúe en consecuencia.
Estos iletrados en historia olvidan aquello de “Roma no paga traidores” y
terminan siendo ejecutados como aquellos tres que traicionaron al líder de la
Hispania romana. Requiescat in pace.