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martes, 25 de mayo de 2010

¿Racista y excluyente?

Hay un movimiento social enérgico contra la famosa ley que el Estado de Arizona ha promulgado contra los migrantes y la criminalización de estos. De entrada, no estoy de acuerdo con limitar la migración ni mucho menos con tomar medidas que la criminalicen. Dejando claro este punto, evidenciemos toda una hipocresía política no por parte de los USA -si algo tienen es que suelen ser claros y contundente- sino más bien por ciertos gobiernos, ONG,s y grupos sociales de países que se sienten afectados por aquella ley.
La constitución mexicana, el país que más reclama a USA por ser el que más migrante tiene en su territorio, tiene un art. 11 que se refiere a “los extranjeros perniciosos residentes en el país”; otro, el 27, que posibilita a la Secretaría de Relaciones conceder permiso de compra de ciertos bienes a extranjeros, siempre que convenga”; un 32 que dice: “Los mexicanos serán preferidos a los extranjeros en igualdad de circunstancias, para toda clase de concesiones y para todos los empleos, cargos o comisiones en que no sea indispensable la calidad de ciudadano”. Tampoco podrán los extranjeros servir en el Ejército o en las fuerzas de policía; el 33 es un poco más contundente: “el Ejecutivo de la Unión tendrá la facultad exclusiva de hacer abandonar el territorio nacional, inmediatamente y sin necesidad de juicio previo, a todo extranjero cuya permanencia juzgue conveniente”. Además, los extranjeros no podrán de ninguna manera inmiscuirse en los asuntos políticos del país. La guatemalteca no es menos. Diferencia entre ciudadanos de origen y naturalizados, teniendo estos últimos menos derechos, aunque las mismas obligaciones. Prefiere a los trabajadores guatemaltecos en lugar de los extranjeros en igualdad de condiciones (102-n) o requiere autorización del Ejecutivo para adquirir propiedades o inmuebles en ciertos lugares (122). La “progresista” de Costa Rica tiene un título particular para los extranjeros, a quienes impide intervenir en los asuntos políticos del país (título III) o no permite que sean dirigentes sindicales o tengan autoridad alguna dentro de esas organizaciones. Finalmente, la de El Salvador impide también que los extranjeros participen, directa o indirectamente, en la política interna del país, bajo pena de perder el derecho de residencia (97), sujetándolos a una ley especial en materia de adquisiciones de ciertos bienes (100 y 109).
Muchos países que hacen ruido contra aquella ley norteamericana tienen en sus legislaciones impedimentos mayores o iguales que los que el Estado de Arizona quiere implementar. Sin embargo no hay crítica interna que los haga desaparecer. ¿Quiénes dirigen los sindicatos de migrantes en USA sino extranjeros? ¿Quienes intervienen en la política nacional norteamericana, sino extranjeros? ¿Qué importante composición tienen los ejércitos USA sino extranjeros? ¿Quién es Gobernador de California sino un extranjero? ¿Podría ocurrir todo aquello en países latinos? Señalamos el error en el vecino del norte sin ver el desastre que tenemos en nuestra propia casa. Ellos, al menos, son autocríticos y capaces de aceptar la inconformidad nacional y extranjera ¿podríamos nosotros hacerlo? Otra vez la doble moral, aunque en esta ocasión no es achacable a los gringos, resulta que nosotros ya hemos aprendido lo que es la hipocresía política y cómo manejar la opinión pública con lamentos, sollozos, alusiones a los derechos humanos y otras pamplinas similares. Pobres, miserables y migrantes, pero no estúpidos ¡Listos que somos los latinos!

lunes, 17 de mayo de 2010

Honorabili…,¿qué?

El pasado proceso de elección de magistrados a la CSJ se empantanó por lo mismo que ahora se atasca la designación del Fiscal General: la honorabilidad de los candidatos. Aunque hay una sentencia reciente de la CC que contiene algunos lineamientos para delimitar el concepto de honorabilidad, éste no deja de ser una percepción, una sensación y por tanto subjetivo y propio de cada persona. Ello implica que cada quien tiene su particular criterio, independiente y no necesariamente coincidente con el de otro. Hay valores universales asociados al Derecho Natural que nos hacen rechazar por igual el asesinato, el robo, la violación, la agresión, etc., pero también hay otros relacionados con la religión, la cultura o las experiencias propias que nos hacen percibir de distinta forma situaciones personales y sociales: el divorcio, la forma de vestir, las preferencias sexuales, etc. La mayoría de las Constituciones occidentales han evitado incluir el tema del honor, los tribunales de honor (España los prohíbe) o la honorabilidad sustituyéndolo por el profesionalismo y los méritos, con alguna discusión sobre el prestigio del candidato pero enmarcada en el proceso selectivo y no ordenada por la Carta Magna.
Guatemala si lo hace, lo que da pie a conflictos permanentes porque cada grupo cree tener la razón. Primero están los de la llamada “sociedad civil” que protestan y vociferan sin que nadie haya constatado cuál honorabilidad y qué criterio tienen muchos de los que la exigen a gritos. Segundo los decanos de ciertas universidades, que no han enfrentado necesariamente un proceso en el que hayan tenido que demostrar la suya para ocupar esos puestos que les permiten elegir a gente “honorable”. Tercero el presidente de la Comisión de Postulación y de la CSJ, quien al poco de tomar posesión del cargo se fue de vacaciones a Brasil con su secretaria y tuvo que devolver fondos públicos incorrectamente utilizados. Ahora, sorprendentemente, se pronuncia sobre quienes son “los honorables”. Cuarto la CICIG, integrada por funcionarios internacionales que la reclaman y la cuestionan cuando esa cualidad no figura en las constituciones de España, Argentina, Chile, Colombia, Perú o Costa Rica (por ejemplo), origen de muchos de los que se afanan en promoverla sin haber tenido la experiencia previa de exigirla o debatido en torno a la misma. La guinda la pone el Presidente, quien debe de elegir al “más honorable” de los propuestos cuando la Constitución no le exige a él esa cualidad para llegar al poder, lo que posibilitó que llegase a la presidencia (ahora encarcelado) un confeso de asesinato que elegía a fiscales “honorables” o tengamos ahora un prominente asesor presidencial “honorable” condenado por violación, entre otros.
Podríamos continuar con las barbaridades, pero detengámonos. Mejor prestemos atención a las cualidades profesionales y a aspectos objetivos: no haber sido condenado o procesado por delitos de alto impacto, ausencia de antecedentes penales y otros. O bien: tiempo de ejercicio profesional y no desde que se graduó, libros publicados, cargos desempeñados, distinciones académicas, logros, etc., es decir, elementos que no puedan ser cuestionados de esa manera tan ingenua e interesada por actores que no están “honorablemente certificados” y que tienen su propio candidato.
Los clásicos españoles del Siglo de Oro resolvieron esto del honor: El honor es patrimonio del alma y el alma sólo es de Dios, dijo Calderón por boca de un político: El alcalde de Zalamea. Siglos después seguimos con el estigma de la Conquista sin haber avanzado mucho aunque eso nos sirve para generar, en ciertos momentos, conflictividad interesada y no tan honorable.

lunes, 10 de mayo de 2010

Chamarreada: 5 a 0

Podría ser el resultado de cualquiera de los partidos de futbol del próximo mundial, pero no deja de ser la estrategia de un equipo de personajes peludos encabezados por la de siempre. Están dispuestos, y en vías de lograrlo, a controlar la totalidad de la futura Corte de Constitucionalidad (CC). La lucha feroz y despiadada por la rectoría de la USAC obedece a ese principal propósito. El candidato que designe la Presidencia está de más decir por quien se inclinará, al igual que el que nombre el Congreso, también razón prioritaria de los pactos suscritos con la GANA, con el FRG y con otros socios del hemiciclo. En la Corte Suprema de Justicia parece que hay ocho de trece que podrían congraciarse con esos poderes fácticos y el Colegio de Abogados es ahora el centro de atención, aunque no hay muchas dudas de que también se sumará a las exigencias del poder.
Una vez logrado el propósito de contar con una CC dócil y manipulable el resto será historia. Se acabó la Constitución y será bienvenida la interpretación claramente sesgada de la misma. Aparecerá el gobierno de los jueces y la separación de poderes será una entelequia, como sucede en Venezuela. La forma tomará las riendas y el fondo se diluirá en el fango. “Demostrarán” que están cumpliendo las leyes y que los “honorables magistrados” dictaminan tal o cual cosa, sin entrar a debatir a quien obedecen, que favor están devolviendo ni como vulneran el Estado de Derecho. La sociedad civil no tendrá mucho que decir porque la designación es política o serán cooptados por medio del ofrecimiento de cargos públicos, donaciones para sus ONG,s, embajadas especiales o prerrogativas que ya comienzan a disfrutar algunos. Vendrán malas leyes o reformando las actuales (el Código Municipal) se pagarán favores a Alcaldes que aspiran a cimentar pequeños Reinos de Taifas y serán ellos quienes decidan cómo y a quienes les otorgan licencias para operar medios de comunicación o llevar a cabo otras actividades privadas, tal cual ocurre en Venezuela. Si usted no es crítico con el sistema será bienvenido, pero si es díscolo cerrarán su emisora, la intervendrán, lo perseguirán, lo sacarán del país o lo acusarán de ser el autor de las camisetas blancas que se usaron en las manifestaciones contra el asesinato de Rosemberg. Las leyes calificadas como constitucionales también podrán ser cambiadas con su mayoría en el Congreso y la CC a su favor.
Comenzarán -ya lo están haciendo- los ataques a la prensa, las presiones y las negociaciones para renovarles las frecuencias de emisión. Algunas emisoras parece que ya pactaron incluso la publicidad de la campaña; otras siguen luchando de pie. Coparán los consejos de administración de la prensa escrita o intimidarán a los bancos para que no provean préstamos y terminarán haciéndolos quebrar o comprando sus acciones a través de terceros inescrupulosos. La intervención y la nacionalización se hará en nombre de los pobres y desde el poder dirán que todo está bien y en regla y la nueva CC les certificará empleando procedimientos formalmente democráticos con tufo persistente a autoritarismo agrio. Venezuela ha construido el modelo.
Seguimos durmiendo el sueño de los justos y esperando que la CICIG, la embajada o la sociedad civil nos arreglen los problemas y nos saque del lodazal. Cuando llevemos diez años laméntanos y enrollados en la tela de araña recordaremos nuestra inoperancia, pasividad y cobardía, mientras ellos nos mirarán desde su atalaya de poder con la maldad habitual, pensando como pisarnos un poquito más.

lunes, 3 de mayo de 2010

La fiesta nacional

¿Creía que eran los toros, el futbol o la celebración de la independencia?, ¡pues se equivocó! La aprobación de deuda pública ocupa el primer lugar de la atención nacional y es el habitual espectáculo circense donde bufones inescrupulosos pretenden apropiarse de la mayor cantidad posible de dinero. Comenzaron pidiendo 4.5 millardos, luego lo incrementaron hasta 7. Se desdijeron entre ellos y volvieron a la carga con la primera de las propuestas, modificando la asignación al gusto hasta que cada cual tuvo su tajada. La seguridad, la educación y la justicia, que sirvieron para fundamentar el endeudamiento, estuvieron ausentes de ese reparto. Las obras de asignación directa son, sin embargo, el centro de atención. ¡La misma cara dura de siempre!.
Asistimos impertérritos a otro descarado atraco con anuencia del poder político. El cuento manido y falso, de que hay que tener recursos para promover el desarrollo, sirve para justificar cualquier cantidad que caprichosamente se incrementa y manosea hasta contar con el apoyo de partidos y sectores amigos que aprovechan la situación existente para hacerse con pingues beneficios. Alí Baba era más cuidadoso y menos descarado.
El partido oficial tiene al menos dos posiciones en este espectáculo. La primera, dispuesta a negociar con diputados a cualquier costo. La segunda, ansía recursos pero sin que ello frene el proyecto de reforma fiscal ni la negociación y acercamiento al sector empresarial. Ambas se ignoran (¿o complementan?) y sus intereses no convergen necesariamente. La prueba más patente fue la reunión de algunos diputados con el presidente y el rumor, cuando no amenaza, de dejar el partido, todo ello porque se ven fuera del generoso reparto de millones, por no citar cierto grupo de alcaldes que aspiran a lo mismo. También salieron a las calles campesinos y otros grupos que coincidentemente amedrentaron a la ciudadanía y coadyuvaron a la aprobación de los bonos. La consentida demostración de fuerza tenía por objetivo aclararnos que pueden poner patas arriba al país ¿Recuerdan el jueves negro?, ¡pues no lo olviden!, son los mismos. Descubrieron que el chantaje, la presión y la intimidación tienen resultados positivos aunque ello incida directamente en la falta de inversión y el desarrollo pero, ¿acaso eso les importa?.
No se han preocupado de reducir el contrabando, incorporar la economía informal o buscar más transparencia, a pesar de que fueron promesas electorales del partido en el poder. Tampoco en reducir las millonarias cifras en propaganda que sostiene a muchos medios de comunicación algunos ilegales (cifrados en más de 400), ya que les hacen la campaña política anticipada. Muchos menos en recortar o racionalizar los gastos en los que incurrimos cada día y que son ineficientes e ineficaces, algunos indemostrables por las trabas que ponen como es el caso de Cohesión Social; otros perfectamente evaluables.
Llevamos dos años en continua celebración de cumpleaños y queremos seguir con la piñata. No les duele la boca de pedir más dinero y no han hecho absolutamente nada por ser más eficientes o suprimir el derroche. Quitemos los inútiles viajes de políticos y jueces (algunos con secretaria), la propaganda manipuladora, la subvenciones a empresas deficientes e inoperantes, las comisiones a las ONG,s que terminan engañando, el desconocido y descontrolado gasto de la USAC y mucho más, ¿Cuánto ahorraríamos?, o podemos esperar a que nos pase como a Grecia.
Les gustó la fiesta, como a los niños, y cada cual espera su regalo antes de irse.