Me da que se ha
saturado nuestra hastía capacidad de asombro y nos hemos adormecido
Aunque
cualquier situación por mala que sea es susceptible de empeorar, estamos en un
impasse preocupante en el que la mayor parte de la ciudadanía no sabe muy bien
lo que está pasando. Apenas queda tiempo y espacio en la mente para que la
últimas noticias sepulten la conmoción de las anteriores, y se apropien de
nuestros sentimientos y pasiones. El día a día es tan intenso que “el ayer”
queda súbitamente en el pasado y se archiva en el olvido. Una forma como otra
cualquiera de superar continuos asombros y desengaños y poder levantarse al día
siguiente con la certeza de que algo hará olvidar el último golpe, aunque el
nuevo nos sacuda mucho más fuerte ¡Adorable este país que no deja que te
duermas mientras te insensibiliza!
Es
curioso observar cómo el fenómeno descrito tiene anestesiados a muchos. Si
pregunta por la situación de Zury Ríos, Thelma Aldana o Sandra Torres
escasamente le aciertan a una de las tres porque entre tanto amparo, recurso,
inscripción fallida, finiquito y otras bagatelas administrativas, nos perdimos.
La actualidad, de momento y hasta que ocurra algo nuevo que la supere, está en
esas fotos de la viuda de Byron Lima y el enamorado investigador de la CICIG,
hechas públicas por un personaje condenado por asesinato a 820 años de prisión que
está siendo juzgado por otro asesinato, el del exmilitar Lima. Puede pensar lo
que desee del affaire, pero si Tarantino supiera de esto no se retiraría tras el
estreno de su próxima película y haría una versión más kafkiana del asunto, agregando
conexiones del El Taquero con inquilinos de Mariscal Zavala.
En este
maremoto noticioso que se renueva a diario, ha sido convocada la comisión de
postulación para selección de jueces y magistrados y el Congreso avanza en la
discusión sobre la ley de reconciliación nacional que me huelo generará mucha
más hostilidad. También se ha aprobado el préstamo de los 100 millones de
dólares para combatir la desnutrición crónica y finalmente, después de mucha
pugna, será manejado por el ministerio de salud. Por último, el registro de
ciudadanos ha abierto la puerta a la inscripción de diputados tránsfugas, aquellos
que pensamos que nos habíamos quitado de encima para siempre. Mientras, los
hijos, parientes, amigos, amantes, madres, novias formales y amigas con
derechos de nuestros políticos -que haberlas ahílas- van inscribiéndose en los
listados para diputados/as nacionales y del PARLACEN, una especie de pensión a
cuatro años agradecida por los retoños desempleados que no piensa acabar el aburrido
bachillerato y por ciertas damas que pasarán de esporádicos encuentros a
escondidas en restaurantes lujosos a autoridades políticas con derecho a carro,
teléfono, seguro de vida y tratamiento de “honorable” ¡Cómo si el hábito hiciera
al monje!
Con todo
lo relatado más lo que las redes desde el anonimato y los call-centers difunden diariamente para atiborrar mente y corazón, me
da que se ha saturado nuestra hastía capacidad de asombro y nos hemos
adormecido. En ese ambiente preapocalíptico, los pescadores avezados, que no
son otros que los de siempre, obtienen sus ganancias mientras nos distraemos con
las aguas bravas. Cuando nos demos cuenta y despertemos -si eso ocurre- además
de que el dinosaurio seguirá allí, se habrán llevado el dinero, el voto y el
cargo político y nuevamente un montón de inútiles descerebrados y mafiosos
consumados -con paridad de genero- estarán ocupando cargos públicos porque nos
dormimos fácilmente en los laureles.
¡Despierte
compadre! o cuando se de cuenta será fin de junio, muy tarde para tomar conciencia
de lo que se viene y recuperar la razón perdida o aletargada.
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