Gestionar no es trabajar por mil, sino
hacer que mil trabajen
Preocupa, más que sorprende, ver a altas autoridades del país situarse personalmente
al frente de cuando evento ocurre. La Vicepresidente se fue tres días a “vivir”
a San Marcos para coordinar la reconstrucción, obviando al gobernador, al
director de CONRED y a otros funcionarios que deberían ser quienes hicieran la tarea.
Negativo mensaje sobre la capacidad del sistema porque pareciera que son incapaces,
no se fían de su gestión o son peones de maniobra sin importancia. Si ocurriera
otra crisis, ¿se necesitaría otro binomio presidencial o habría alguien disponible
que concurriera al lugar? porque en vista de cómo actúan desconocen una
estructura jerárquica con facultad de gestión y capacidad de ejecución y con niveles
de delegación y responsabilidad ¿Qué solvencia tienen los miembros del gabinete
si no los dejan funcionar sin capataz? Gestionar, dice un viejo adagio, no es
trabajar por mil, sino hacer que mil trabajen y eso requiere planificar,
coordinar, dirigir y delegar, que en teoría organizacional no es sinónimo de
hacerlo uno mismo, más bien lo contrario.
El ubiquismo -práctica habitual- obliga
a enmascarar una crisis con otra, relegando la primera al olvido sin ser
definitivamente resuelta. Barillas (agresiones, secuestro y linchamientos) fue
opacada por Totonicapán (manifestaciones y muertes); esta última desplazada por
los secuestros de San Marcos y ahora el terremoto hace que todo lo anterior no
exista. Un problema invisibiliza al siguiente haciendo verdad aquello de que un
clavo saca a otro y lo táctico toma el lugar de lo estratégico y se convierte
en enmascarado protagonista, trascurriendo los años sin contar con un
prontuario mínimo de lecciones aprendidas que eviten -o reduzcan- el impacto de
nuevos sucesos. Se trata más de tramitar el momento que de planificar y
aprender de lo acaecido. El gobierno sigue en permanente campaña -con más de un
candidato- en vez de hacer ejercicio de
la gestión política eficiente, organizada y con visión estadista. De esa suerte
de hipótesis, la ubicuidad del mandatario es necesaria, pero representa un
elevado costo de oportunidad porque mientras se centra en hechos puntuales
obviando la estructura jerarquía de mando y control, deja en el tintero otros
temas paralelos que podría estar enfrentado. En resumen, la focalización -producto
de la perenne presencia- impide avanzar más rápidamente. Si una multinacional
tuviera que contar con la figura de su CEO coordinando problemas locales y
domésticos, dejaría de existir como empresa, sin embargo, en política todo se
aguanta, aunque los negativos efectos sean los mismos. Alguien me preguntó qué
le diría al Presidente al respecto y mi respuesta fue esta que intento plasmar
aquí. Hay que sentarse a coordinar la solución de los problemas no a querer remediarlos
personalmente. Desde aquella temprana vez en que fue al aeropuerto a recibir a
un medallista olímpico creo que, por culpa de una rosca ineficiente y mal
consejera, perdió el lugar que le correspondía y se tornó ejecutor táctico. Rousseau,
en el Contrato Social, ejemplifica: Arquímedes, sentado tranquilamente en la
playa […], me representa un monarca hábil, gobernando desde su gabinete sus
vastos Estados…
La estrategia debería ser norte de conducta y eso requiere la configuración
de una pirámide efectiva de personas con responsabilidades y rendición de
cuenta. Jugar al ajedrez pasa por utilizar todas las fichas y emplear los
peones para alcanzar el triunfo en el juego. No se trata de poner en jaque al
rey o sacrificar a la reina más allá del fin último, que no es precisamente
electoral ni mediático.
1 comentario:
Pero que tipo tan sangron se ha vuelto el Truji...ajajaja marketing? sure you will get a lesson and lecture on marketing... LOL you my friend are sooo pretentious and you will be treated like the shit you deserve. jejejej
YO
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