La peor forma de injusticia es la justicia simulada (Platón)
Las huestes del CUC capitanearon
la invasión capitalina de la pasada semana con un ejército integrado por
acarreados de todos los lugares del país ¡Mentira goebbeliana
repetitiva que son "los habitantes" de San Juan Sacatepéquez! Uno de
los “líderes” reconoció, en una entrevista en Canal Antigua, que no era vecino
de allí y que vivía en otro lugar pero que la cosmovisión, bla, bla…, hacía que
todos se unieran en pro de un mismo fin ¡El cuento del bien común versión Popul
Vuh!
El traslado de personas pagadas
-como el resto de la logística- se manifestó en su fase final en un desfile
callejero en el que participaron vehículos cuyas placas estaban cubiertas con
telas típicas, cartones, trapos o incluso cinta aislante. Se trataba de impedir
la identificación de los propietarios de los mismos ¿Por qué permite la PMT/PNC
la circulación de vehículos en esas condiciones? ¿Cuál era la razón del preservar
el anonimato? Se desvela con la fotografía de un picop blanco modelo Toyota,
P-462CCY. Si contrasta la placa con el registro (vea muniguate.com)
aparece que debería ser un Nissan amarillo. Es decir hubo falsificación, robo
de placa, usurpación de identidad o cualquier otro ilícito ¿Pasó desapercibido
por la policía y los servicios de inteligencia -¡torpes ellos!- o hay
complicidad o inacción? Ahora que se sabe y está documentado, ¿tomarán los
responsables medidas al respecto?
Las conversaciones en casa
presidencial -las primeras de las cuatro que se llevarán a cabo- tenían como
objetivo primordial, por parte de la dirigencia bochinchera, conocer el trazado
de la carretera, las fincas por la que pasará y el nombre de los propietarios
que vendieron libremente sus tierras. Esas fueron las exigencias de los cuques del CUC.
Pretendían -y procuran- saber quienes son las personas que han vendido, con el
riesgo que eso conlleva para la seguridad de aquellas, especialmente después de
que ciudadanos sanjuaneros fueron asesinados, macheteados, perseguidos,
amedrentados, linchados y amenazados, táctica similar a la utilizada en otras
localidades del oeste del país por grupos de terroristas, confederados también
en dizques agrupaciones “indigeno-campesinas”.
Es erróneo, pueril y equivocado
pensar que eso es una reacción popular natural. Aquí hay una perfecta
planificación subvencionada por grupos de interés que desean subvertir el
orden, condenar a la pobreza a sus compatriotas, ganar dinero de donantes
serviles e interesados y generar miedo y terror. Hay un grupito (¡no los
habitantes de San Juan!) que continúan rentabilizando la ayuda internacional
que reciben y prefabricando un liderazgo artificial, radical y en muchas
ocasiones criminal que ya ha cobrado la vida de dos personas en San Juan: señores
Tepeu y Turuy, además de tres linchamientos, dos procesos más abiertos, decenas
de denuncias y un condenado a 150 años de prisión ¿Criminalización de la
protesta?, no. Son delincuentes y hay que evidenciarlos como criminales, no
dejarse llevar por la nuevalengua o los juegos de palabras orwellianos que emplean al más
puro estilo de la novela 1984. Profesionales del crimen -por tanto criminales-
carentes de otras capacidades productivas, que es preciso desenmascarar con la contundencia y claridad
que ello amerita en bien del desarrollo pero sobre todo de la seguridad de
muchas personas de esas localidades. El gobierno, por su parte, debe dejar
claro -de una vez- que no está dispuesto a amparar la ilegalidad ni chalanear con
terroristas para ver si regalan un poco de tregua ¡Ya está bien de babosadas,
de abusadores y de irrespeto a los derechos de los demás! Esto es un chantaje
consentido y una dejadez gubernamental en favor de delincuentes perfectamente
identificados.
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