Definitivamente los acontecimientos nos han superado y es momento de
hacer una catarsis
La crisis política permanente, la acción
judicial continuada, el insuficiente crecimiento
económico, la escasa atracción de inversiones, la
falta de ética en el actuar… Definitivamente los acontecimientos nos han superado y es momento de hacer una catarsis. Aíslese, siéntese
frente a un espejo y responda a las siguientes
preguntas: ¿Obtuvo su carné de conducir correctamente?, ¿Tiene su vivienda
escriturada en el valor real?, ¿Cuántas veces ha pagado mordidas?, ¿Alguna vez
ha dicho aquello de “a alguien le sirve la factura
porque a mi si”, y se la ha
quedado?, ¿Incluye en su declaración del IVA facturas que no
debería?, ¿Hizo su tesis de graduación, se la hicieron o la copió?, ¿Tiene en
su casa un “diablo” para pagar menos luz?, ¿Se lleva de la oficina a su casa
hojas, lapiceros o material?, ¿Paga sus multas?, ¿Al presentarle una factura ha pedido que le quiten el IVA?, ¿Porta armas sin permiso?, ¿Paga ISR o es informal?, ¿Maneja con licencia caducada o sin ella?, ¿Ha provocado algún accidente y huido?, ¿Cubre
la placa de su carro o moto
para no ser multado?...
Seguro ha contestado afirmativamente a varias, pero si dijo “no” a todas, siga frente al espejo
pensando en opciones similares, indudablemente encontrará alguna y sobre
todo, no me sea exquisito y
diga que eso no va con
usted, se lo ruego. Así es el país en que vivimos, al
menos el que he conocido en los últimos 20 años. En ese ambiente han nacido nuestros hijos y muchos han aprendido a ser
“chispudos”, traducido por: tener una viveza asombrosa que raya en lo
incorrecto o delictivo.
Inaudito que exigiesen
dinero a empresarios para tener un contrato con el Estado o para que devolvieran el
crédito fiscal; derechos vulnerados por políticos inescrupuloso. Muchos
de quienes comercian en este país se vieron inmersos
en un círculo de sobornos para obtener ventajas o de chantajes para contar con derechos y no
ser posteriormente
mortificados. Así funcionaban las cosas, aunque
a varios empresarios se les ha señalado por hacer negocios en esa cancha de juego contaminada por todos y cruzar
la línea de la incorrección o la ilicitud, al igual
que la mayoría de ciudadanos
del país. En todo caso ciertas cosas parecen indignar más que
otras porque hemos aprendido a justificar lo que
hacemos y condenar el actuar de los
demás. Muy humano y emotivo; poco o
nada racional.
En ese escenario, ciertos constructores han dado un paso al
frente ¡Obligados!,
gritarán algunos. Pudiera
ser, pero que bueno que lo
han hecho, cosa que otros tienen pendiente. Cargarán con condena, multa, reparación, exigencia de
disculpas públicas y compromiso de no volver a actuar
de forma incorrecta, todo legal y ajustado a Derecho.
Seguramente seguirán más que harán lo mismo: reconocer, disculparse,
pagar la pena correspondiente y mirar hacia adelante para componer un país que todos hemos
contaminado, sin excepción a la regla.
No es fácil salir del hoyo pero hay
pioneros que marcan un
camino de recuperación de la honestidad. Guatemala
no avanzará mientras la razón no predomine sobre emociones extremas, muchas
veces caldeadas por insensatos. Lo hecho por los implicados en el caso Construcción
y Corrupción me parece digno de elogio. Si vienen otros similares, celebraré lo mismo.
¿No ha encontrado
todavía su falta?, continúe frente al espejo, pero no sea hipócrita y se crea impoluto. El primer paso para arreglar el problema es aceptarlo ¿Está usted dispuesto a asumir
su error y ser parte de la
solución?, porque
todos debemos contribuir a mejorar este país.
En todas partes hay corrupción, pero vivimos
aquí ¡Sintámonos orgullosos de cambiar!
2 comentarios:
Al título le faltó "somos todos". Le puedo decir que he respondido frente al espejo y frente a mis amigos todas las preguntas con un "sí". Ahora bien, la cuestión es que podemos hacer para cambiar cuando seguimos haciendo lo mismo.
Le voy a dar un ejemplo: No estoy de acuerdo que se haya sancionado únicamente a los constructores, creo que hubiera sido mas ponderado que se sancionara también al Estado guatemalteco (como victimario), a pagar la deuda de arrastre y así romper el círculo vicioso y evitar que continúe la corrupción.
Yo me pregunto ¿que va a pasar cuando las actuales autoridades salgan y entren nuevas, la deuda permanezca y las deudas a proveedores apremien aún más a las empresas? seguramente dará otra vez vuelta la rueda y empezará un nuevo ciclo de corrupción.
Buenas tardes Pedro. Comparto totalmente su opinión. A mi me gusta escribir en la opinión de los lectores, y hace unos dos años, escribí algo muy parecido y le llamé «la otra corrupción» cuando estaban los movimientos contra Otto Pérez y Rossana Baldeti.
La gente se rasgaba la ropa por la corrupción de otros sin ver la propia.
Si mal no estoy, lo he visto en San Martín zona 15, por lo que me atrevo a compartir que lo que nos hace falta en general, es una presencia real de Dios en nuestras vidas, y con eso van valores, principios y ante todo, esa autoevaluación auténtica como personas.
Saludos respetuosos.
Atentamente
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