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lunes, 3 de febrero de 2014

Sonrisas y lágrimas


La peor forma de injusticia es la justicia simulada (Platón) 
La última cumbre de la CELAC (Cuba) dejó, al menos, dos cosas meridianamente claras. La primera, evidenciada por muchos -y magistralmente por Carlos Alberto Montaner-, se refiere a la hipocresía de los mandatarios latinoamericanos-caribeños que asisten a esos foros -con dinero público- donde reconocen y legitiman regímenes que festejan su carácter autoritario y son contrarios a la observancia de valores mínimos y procedimientos básicos en cualquier democracia, obviando incluso principios fundacionales de aquella organización. Lo segundo, que "los poderosos" se sienten hipnotizados por otros "más poderosos" o con más tiempo en el ejercicio del poder. En la citada reunión, se observó a la presidenta argentina realizada y sonriente almorzando con el asesino-dictador Fidel Castro. En su país se enorgullece de enjuiciar a militares que colaboraron con la dictadura, mientras, en la Cuba castrista, coquetea y departe amistosamente y sin ruborizarse con los dictadores. No fue la única. Lo propio hicieron la presidenta de Brasil y la primera ministra jamaicana, entre otras, lo que demuestra, una vez más, la necesidad de ser cautelosos con los discursos de ciertos políticos con genética absolutista, que no comparten ni promueven principios de libertad. Ya lo advirtió sin querer el locuaz Mujica, cuando con micrófonos abiertos -aunque sin saberlo- opinó sobre los Kirchner, con la franqueza de quien no se siente escuchado ¡Lo que hace un plato de lentejas¡ Contrasentidos propios de muchos políticos de esta nueva ola de izquierda  radical mimetizada de demócrata.
Cristina K., amante y practicante del autoritarismo más rancio, ha puesto su país patas arriba y en la cuerda floja. Con una galopante inflación, contumazmente negada por un histérico ministro de economía que huía de la prensa cuando preguntaba por la evidente debacle, pasa el tiempo pensando como cubrir la multimillonaria deuda desaparecido Chávez, su protector y prestamista. Nunca segundas partes fueron buenas y aquel patetismo de Isabelita Perón, se repite ahora (versión 2.0) con una censuradora de medios, democratizadora de la justicia, acogedora complaciente del juez gallego expulsado de la judicatura, perseguidora de militares, pero comensal y amiga del más durable dictador ¡Viva la coherencia! Nunca entendí cómo un país de buenos futbolistas, excelentes profesionales diversos, deliciosos asados o un Papa, es capaz, a la vez, de tener tanto político boludo.
Ignoro si doña Cristi solicitará la captura y enjuiciamiento de los Castro aplicando principios de justicia universal o seguirá apoyando la misma con igual intensidad cuando termine su periodo y tenga que rendir cuentas por el enriquecimiento ilícito -ampliamente comentado en medios no controlados ni amenazados- o por otras irregularidades de su gestión. De momento, con ayuda del inhabilitado Garzón, quiere perseguir culpables por medio mundo, mientras se olvida de poner orden en casa y en ella misma. Es posible que la foto almorzando y abrazando a Fidel forme parte de esa colección oculta que muchos tienen y muestran en función del momento, la situación y los interlocutores. Los dictadores siempre fueron iguales, aunque tradicionalmente se manifestaron ataviados con uniforme, chaqué o guayabera caribeña. Lo novedoso es que ahora aparecen en falda, con botox, gustos refinados y portando Louis Vouitton, algo impactante que aún no asimilan algunos que creen que el bigote o la barba son elementos distintivos e imprescindibles del abuso de poder, la violencia o el absolutismo. Ché Cristina, ¡muchas gracias por mostramos esta nueva versión femenina de la hipocresía, la corrupción, la doble moral y la igualdad! ¡Sos única!, afortunadamente.

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